Las agencias de inteligencia norteamericanas han advertido este martes del riesgo, de la posibilidad, de que el Kremlin trate de interferir en los próximos comicios legislativos
La injerencia rusa en los procesos electorales de medio mundo se ha tornado en un recurso muy socorrido para distraer la atención de las cuestiones verdaderamente relevantes. Así, cada vez que queremos reflexionar sobre la raíz de un mal que aflige a algún país occidental, mencionamos a Vladimir Putin, al que acusamos de inmiscuirse en los asuntos de Estados foráneos, de socavar la democracia y de impulsar a los partidos de ‘extrema’ derecha. Pronto, no lo descarten, le imputaremos las tormentas y los terremotos (y presentaremos las mismas pruebas que hasta ahora: ninguna).
En este contexto, las agencias de inteligencia norteamericanas han advertido este martes del riesgo, de la posibilidad, de que el Kremlin trate de interferir en los próximos comicios legislativos, que se celebrarán en el mes de noviembre. ‘No he visto una reducción significativa de la actividad de los hackers rusos y tengo la impresión de que continuarán intentando interferir en las elecciones legislativas’, ha asegurado el director de la CIA, Mike Pompeo, quien da por hecho dos cosas: que los hackers siguen órdenes del Gobierno ruso y que éste se afanó en influir en las elecciones presidenciales de 2016.
El dirigente de la principal agencia de inteligencia exterior norteamericana ha pronunciado estas declaraciones en una comparecencia ante el Comité de Inteligencia del Senado. Una comparecencia en la que también ha participado Dan Coats, director del departamento de Inteligencia Nacional, quien ha seguido la línea argumental marcada por Pompeo: ‘Rusia continúa enrareciendo el panorama político y social, y volverá a apuntar a las elecciones de 2018’.
En este sentido, Coats ha alertado de las aviesas intenciones del Kremlin para con el mundo occidental: ‘Toda la OTAN está preocupada por la injerencia rusa y por sus esfuerzos por socavar la democracia. Esto es perverso. Rusia tiene una estrategia que va mucho más allá de lo que pase en Estados Unidos’, ha asegurado en un tono más propio de la Guerra Fría que del escenario internacional hodierno.
Corea del Norte, el otro foco de atención
Pero los dirigentes de las agencias de inteligencia norteamericana no sólo se han pronunciado sobre Rusia, sino también sobre Corea del Norte (que sí es una amenaza real). Respecto a ésta, el director del departamento de Inteligencia Nacional se ha mostrado ciertamente realista: ‘Tenemos que afrontar el hecho de que potencialmente nos encontramos ante una amenaza existencial contra Estados Unidos (…) Francamente, estamos bajo ataque’.
Por su parte, el ya citado director de la CIA se ha manifestado convencido de que el régimen comunista de Pyongyang mantiene intacto su programa nuclear: ‘No hay ningún indicio que lleve a pensar que se haya producido ningún cambio estratégico sobre el deseo del régimen de mantener su capacidad nuclear y amenazar a Estados Unidos’, ha señalado.
Entre el resto de amenazas mentadas por los popes de la inteligencia norteamericana, cabe destacar el desarrollo de armas de destrucción masiva por parte de Pakistán, el programa nuclear de Irán y el terrorismo islámico.