«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Maduro se atrinchera en el poder hasta 2025

La mayoría de los países de Latinoamérica no envió ningún representante a la toma de posesión, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juró este jueves su segundo periodo de gobierno que lo mantendrá en el poder hasta 2025 en medio de acusaciones de ilegitimidad por la forma en que el líder chavista consiguió la reelección.

El mandatario tomó juramento ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en Caracas, acompañado por otros seis jefes de Estado, que fueron los únicos en asistir a este acto señalado por opositores y buena parte de la comunidad internacional como el inicio de la «usurpación» de la Presidencia de Venezuela.

«Juro a nombre del pueblo de Venezuela (…) que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma y que cumpliré y haré cumplir todos los postulados y mandatos de la Constitución», dijo Maduro ante el presidente del TSJ, Maikel Moreno, y en medio de los aplausos de simpatizantes.

El juramento, indicó el mandatario, es un compromiso con el que procura «defender la independencia e integridad absoluta de la patria, procurar llevar a la prosperidad social y económica» al pueblo venezolano y «construir el socialismo del siglo XXI».

La toma de posesión se lleva a cabo en el TSJ y no en el Parlamento, como indica la Constitución, después de que el Supremo declarase a la Cámara en «desacato» en 2016, pocas semanas después de que la oposición se hiciera con la mayoría de los escaños.

Un mandato cuestionado

La legitimidad del segundo mandato de Maduro ha sido cuestionada por la oposición venezolana y numerosos gobiernos extranjeros, que no reconocen los resultados de las elecciones de mayo pasado en las que el jefe de Estado fue reelegido con cerca del 70% de los votos.

En esta contienda no pudieron participar los principales dirigentes del antichavismo pues habían sido inhabilitados políticamente.

Por estas razones, la mayoría de los países de Latinoamérica no envió ningún representante a la toma de posesión, igual que lo hicieron Estados Unidos y la Unión Europea.

Los mandatarios de Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega; Cuba, Miguel Díaz-Canel; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; Osetia del Sur, Anatoli Bibílov; y Abjasia, Raul Jadyimba (los dos últimos países no reconocidos por Naciones Unidas) encabezan la lista de dignatarios que sí acudieron al acto.

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