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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Pena de muerte en países islámicos, la 'LGTBfobia' que la progresía ignora

Ocho países musulmanes consideran la homosexualidad «una ofensa a Alá» y la castigan con la pena de muerte.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado que 72 países aún penalizan por ley a las personas del colectivo LGTBI y en ocho de ellos incluso con pena de muerte -Arabia Saudí, Sudán, Irán, Irak, Somalia, Siria, Nigeria y Yemen, todos países musulmanes o de mayoría musulmana-.

Durante la presentación de la campaña «Refugiados LGTB: ser, sentir, amar… huir», representantes de esta organización y de otras que trabajan con inmigrantes han dado a conocer la realidad de las personas perseguidas por motivos de orientación sexual e identidad de género.
Señalan que 72 países penalizan por ley la homosexualidad y en muchos otros este colectivo sufre agresiones y amenazas que ponen en riesgo su vida.
Así, subraya que países como Brasil, México, Honduras, Ucrania o Venezuela no tienen leyes que penalicen a las personas LGTBI, pero los «altos índices de discriminación son equivalentes a la persecución» y en 173 países no se permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo. Entre los países más peligrosos están Afganistán y Arabia Saudí. 
Cabe señalar en caso de Venezuela, dónde la situación es «cada vez más crítica». La homosexualidad no es ilegal y hay activismo LGTBI, pero «no es aceptada y nunca lo será», lamenta.
Paloma Favieres, de CEAR, que ha destacado asimismo que cada semana son asesinadas nueve personas homosexuales en América, ha puesto en valor que en España, desde el año 2009, la persecución por orientación sexual está recogida en la ley de asilo, lo que supuso un «avance pionero» en los países de la Unión Europea. Aunque no hay cifras sobre los motivos de solicitud de asilo, CEAR constata «un importante incremento» de las personas LGTBI acogidas en España.

El informe pone en evidencia la hipocresía de la progresía occidental al hablar de «persecución a la comunidad gay en Europa» y callar los verdaderos ataques en países islámicos, dónde se considera la homosexualidad un ofensa a Alá, se castiga con cadena perpetua o incluso pena de muerte, y conlleva el estigma social y el rechazo mayoritario de su entorno y su comunidad.
Pese a no criticar la «lamentable situación» en los países musulmanes, partidos de izquierdas y asociaciones declaran que «siguen existiendo obstáculos en el continente europeo para la visibilidad de este colectivo» y alertan de la «falta de herramientas contra la lgtbfobia». Y todo sabiendo que el lobby gay interfiere ya en las decisiones políticas, los programas de los colegios, las federaciones deportivas, las empresas, etc.
Así, Rodrigo Araneda, presidente de ACATHI, una asociación que trabaja con personas LGTBI, en lugar de poner el foco en los regímenes que ahorcan a los gays, ha denunciado que muchas veces las personas que llegan a España «se chocan con las expectativas que se habían hecho de una Europa ilusoria» y ha lamentado que «en ocasiones también en los países de acogidas muchas personas tienen que seguir ocultando su orientación sexual o identidad de género«.
 
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