El destronamiento del sha de Irán (1979), el triunfo de los talibanes en Afganistán (1992) y la invasión de Irak por Estados Unidos (2003) debieron demostrar a los occidentales que el mundo islámico se rige por distintos conceptos políticos y aconsejarles prudencia en sus intervenciones. Los luchadores por la libertad tocados con turbante que derrocaban a dictadores de uniforme o de corbata, en vez de construir regímenes parlamentarios de estilo escandinavo, establecían despotismos fundamentalistas.
Pero los expertos norteamericanos y europeos no escarmentaron. Si hubieran reconocido que no tenían ni idea, se habrían quedado sin empleos. En las primaveras árabes, la primera de las cuales comenzó en Túnez en 2010, quisieron ver otra oportunidad para instaurar democracias mediante la intervención militar, la presión política y el asesoramiento y la financiación a los distintos grupos rebeldes. Las consecuencias son innegables: más guerras, más exiliados, más muertes, más despotismos, más mujeres sometidas, menos cristianos, más yijadismo.
En esos años, el socialista Pedro Sánchez, como tantos otros occidentales preocupados por la democracia, se unió a las tropas tuiteras para dejar clara su postura sobre la larga guerra civil siria, que empezó en marzo de 2011 y aún no ha concluido.
El primero de esos mensajes está fechado en agosto de 2011 y en él aplaudía al presidente de Estados unidos, Barack Obama, y condenaba a Bashar Al Assad, con cuyo padre, Hafez, el PSOE de los años 80 y 90 había mantenido relaciones:
Obama dice que ha llegado el momento de que Al Assad (Siria) se vaya. No puedo estar mas de acuerdo.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) August 18, 2011
«Obama dice que ha llegado el momento de que Al Assad (Siria) se vaya. No puedo estar mas de acuerdo».
En octubre de 2011, pocos días después de la captura y asesinato del líder libio Muamar el Gadafi, escribió un post rebosante de faltas de ortografía contra Assad:
Assad amenaza con que Siria sin el seria otro Afganistan.Típico de dictadores:sin mi, el acabose. Assad como los talibanes oprimen su pueblo
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 30, 2011
«Assad amenaza con que Siria sin el seria otro Afganistan.Típico de dictadores:sin mi, el acabose. Assad como los talibanes oprimen su pueblo».
En junio de 2012, en respuesta al post de un periodista, Sánchez propuso la intervención de la comunidad internacional, aunque sin explicar en qué consistía:
@germanyanke totalmente de acuerdo. Siria se merece que la comunidad internacional intervenga y se acabe con el régimen de Assad.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 4, 2012
«Siria se merece que la comunidad internacional intervenga y se acabe con el régimen de Assad».
Y en abril de 2018, a menos de dos meses de ser nombrado presidente del Gobierno, Sánchez adoptó el tono de un líder progresista y respetuoso con «el orden internacional basado en reglas».
Pedimos respeto a la legalidad internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. Las víctimas del conflicto, siempre inocentes, necesitan del compromiso de la comunidad internacional a través del diálogo y la negociación que permita poner fin a la guerra en Siria.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) April 14, 2018
«Pedimos respeto a la legalidad internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. Las víctimas del conflicto, siempre inocentes, necesitan del compromiso de la comunidad internacional a través del diálogo y la negociación que permita poner fin a la guerra en Siria».
Desde entonces, no encontramos ni un solo mensaje en X. Ni para celebrar la huida de Assad en diciembre pasado y la instauración de un nuevo régimen, dirigido por Ahmed Hussein al-Sharaa, combatiente contra Estados Unidos en Irak y miembro del ISIS, a quien visitó en Damasco el ministro de Asuntos Exteriores de Sánchez, José Manuel Albares. Tampoco para condenar las últimas matanzas de civiles sirios.