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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Tecnología para salvar las Tablas de Daimiel, una Misión Posible

El acuífero que nutre a las tablas de Daimiel es una inmensa bolsa de agua de más de 5.500 kilómetros cuadrados. Foto Pablo García Armentano

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no podemos olvidarnos, ha desde hace siglos un humedal que se extiende por más de 3.000 hectáreas. Sin embargo, las Tablas de Daimiel ocuparon, una vez, 10 veces más territorio. La sobreexplotación del agua que nutre este tesoro de la biodiversidad las ha dejado bajo mínimos. Una situación que WWF y Coca-Cola llevan un lustro intentando revertir.

Las Tablas de Daimiel son símbolo de la reserva de la biosfera La Mancha Húmeda y orgullo de una de las regiones agrícolas más productivas de España. Pero esto no siempre ha sido así. Cultivos de cereales como el maíz o la cebada, melonares, huertos de berenjenas, cebollas y ajos y, claro, la viña manchega, compiten todavía hoy por el agua del acuífero 23, pieza clave del sistema hidrológico de la Cuenca Alta del río Guadiana y aporte esencial para el humedal de las Tablas.

“Al principio, las Tablas de Daimiel eran un lugar increíble con gran cantidad de agua. Pero hubo un tiempo en que el uso del agua para agricultura era tan intenso, que la situación era casi de sequía”, señala Juan José Litrán, director de relaciones corporativas de Coca-Cola Iberia.

El proyecto Misión Posible, desarrollado por WWF y Coca-Cola desde 2012, ha buscado devolver esta inmensa bolsa de agua de más de 5.500 kilómetros cuadrados de extensión a un estado saludable. Desde entonces, las explotaciones agrícolas participantes han ahorrado en torno a 2.500 millones de litros. Más de dos veces la cantidad de agua necesaria para llenar el Santiago Bernabéu hasta la cubierta.

La tecnología al servicio de la Tierra

“En 2012 hubo un primer acuerdo entre WWF y Coca-Cola para diseñar el programa ACUAS, el cual ayuda a los agricultores a planear sus cultivos en función del agua que tienen autorizada para regar”, explica Alberto Fernández Lop, técnico del Programa de Agua y Agricultura de WWF España y director de Misión Posible.

“A raíz de ese primer contacto, hicimos una propuesta de un segundo proyecto mucho más completo”, añade. Así llegó Misión Posible I, desarrollado entre 2013-2015, y su segunda fase, en ejecución hasta finales de 2017. Esta ambiciosa iniciativa se ha centrado en el desarrollo de tres tecnologías gratuitas para servir a las comunidades de regantes y a las Tablas de Daimiel.

Cumpliendo con los límites: ACUAS

Esta herramienta, desde su primera versión hasta la tercera que se utiliza en la actualidad, estima con precisión la superficie que puede plantarse de cada cultivo en función de sus necesidades de agua y de las cantidades autorizadas para regadío por las autoridades de la cuenca hidrográfica del Guadiana. Mediante el uso de datos muy precisos, la herramienta ayuda al agricultor a decidir el tipo de cultivo que mejores resultados obtendrá en función del líquido disponible.

Para desarrollar este proyecto, WWF y Coca-Cola contaron con las comunidades de regantes Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos. En 2016, se trabajó con 59 agricultores en 63 zonas de cultivo, alcanzando más de 2.800 hectáreas agrícolas. Y se redujo el consumo de agua en casi 300 millones de litros.

Ganando en eficiencia: SITAR

“Esta herramienta es la adaptación de un programa anterior del CSIC, mejorado y ampliado para La Mancha”, señala el director de Misión Posible. “Captura los datos del servicio de asesoramiento al regante del Ministerio de Medio Ambiente para realizar un cálculo personalizado de riego para cada agricultor en función de su parcela y sus sistemas de regadío, el tipo de cultivo y el tipo de suelo”.
Solo durante el año pasado, se asesoraron mediante este proyecto cerca de un centenar de plantaciones cubriendo más de 1,200 hectáreas. “Es muy cómodo, el agricultor recibe un SMS en el móvil con los datos precisos en horas y minutos de lo que tiene que regar”, añade Alberto Fernández. El resultado, un ahorro de más de 800 millones de litros en 2016.

Optimizando el viñedo: OPTIWINE

Más que una herramienta, es casi un método de trabajo basado en los datos y la tecnología. “Durante 2012 y 2013 se instalaron una serie de aparatos en los viñedos para medir la humedad suelo, el consumo agua, la radiación solar y la temperatura, así como abrazaderas en las viñas para monitorizar su nivel de estrés”, explica el técnico de WWF.
A partir de ahí, se elaboraron una serie de recomendaciones precisas para los viticultores. Hoy, la herramienta ha evolucionado y ha abaratado su coste gracias al análisis de imágenes en alta resolución del satélite LANDSAT y la elaboración de índices de vegetación y de vigor de las plantaciones. El año pasado, la herramienta fue utilizada por 45 agricultores en la zona, quienes consumieron casi 60 millones de litros menos que con los métodos tradicionales.

“Cuando el proyecto termine, vamos a dejar las herramientas a disposición de cooperativas y comunidades de regantes, para su uso gratuito, además de una serie guías y publicaciones de buenas prácticas”, concluye Alberto Fernández.

Además, todo lo aprendido en estos años de desarrollo del proyecto puede aplicarse en otras áreas agrícolas. “Pretendemos exportar este proyecto a otras zonas del territorio nacional y favorecer así el desarrollo de una agricultura sostenible, eficiente en la gestión de recursos y respetuosa con el medio ambiente”, señala Juan José Litrán.

Cambiar mentes para cambiar el mundo

Tras la implantación gradual de las tres herramientas, en 2016 se logró reducir el consumo de agua respecto a los datos anteriores al proyecto en 1.161 millones de litros. En los próximos años, se estima que, por sí mismas, las cooperativas y comunidades de regantes mantendrán alrededor del 75% del ahorro (unos 870 millones de litros). Y es aquí, quizás, donde reside el mayor éxito del proyecto.

Durante los cinco años de Misión Posible, se ha asesorado a más de 350 agricultores de forma directa y más de 700 alumnos han participado en cursos gratuitos de formación para el uso eficiente del agua. El boca a boca ha hecho el resto, y los resultados del proyecto son ya muy conocidos en La Mancha.

Así, la misión de mayor envergadura no ha sido llenar más de dos estadios Santiago Bernabéu con las cristalinas aguas del Alto Guadiana. Ha sido crear la cultura del asesoramiento en la comunidad agrícola; resaltar los resultados que se pueden alcanzar si se cuenta con herramientas, datos y conocimiento.

“Hemos plantado una semillita para el futuro, una semilla para que el asesoramiento en riego sea una práctica común”, concluye el Director de Misión Posible. “Para que, en vez de con intuición, se riegue con base científica”. Y para que siga brotando el agua de los Ojos del Guadiana y se asegure la supervivencia de uno de los parques nacionales más emblemáticos de España y de Europa.

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