Me viene a la memoria que cuando hace unos meses Su Santidad Francisco pidió a los católicos, con frase que luego repitió en el encuentro con los jóvenes en Río, que no se quedaran en las parroquias, que salieran e hicieran lío, no pocos se mostraron sorprendidos cuando no contrariados. Salir a la calle ¿para qué? Evidentemente no sólo para dar testimonio, en una visión estática del ejemplo que el cristiano tiene que dar en la sociedad, sino también para buscar nuevos discípulos y propagar las verdades de la fe, la doctrina. Salir a la calle con fuerza, con valentía, con alma de apóstol y espíritu misional. Viene al caso porque ahora que vivimos atenazados y preocupados por la crisis, parece que debamos olvidarnos, por subordinación a lo inmediato, de la defensa de elementos capitales como la vida y la familia, pero también la justicia social y el bien común, para acabar conformándonos con simples mejoras materiales. En ese salir a la calle a armar lío, como católicos, que pedía el Papa Francisco late la voluntad de intentar cambiar la sociedad para reedificarla desde planteamientos acordes con la fe.
Los cristianos, los católicos, tenemos pues la obligación de responder al llamamiento, de salir a la calle a armar ruido, de decir simplemente aquí estamos. En buena lógica, al frente de los fieles, en esa presencia en el mundo, deberían estar sus pastores. Es más, esos pastores debieran, como guías de fieles, impulsar a los católicos a hacer lío para romper la invisibilidad social que parece atenazar a los católicos si quieren vivir y actuar como tales. Un ejemplo de ello es el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal americana, Monseñor Kurtz, un provida reconocido, que tiene la “desfachatez” de rezar el rosario en la calle, y de rodillas….
¿Qué mejor oportunidad para hacer lío que vivir en primera fila la jornada de lucha contra el aborto, cuando nos acercamos peligrosamente a la apabullante y dolorosa cifra de 120.000 abortos anuales y a los dos millones desde que el aborto fuera despenalizado? Pasado mañana, cientos de miles de personas saldremos a la calle en Madrid y en otros lugares de España para secundar la reforma real –no la propuesta por Gallardón– de la legislación, es decir, la que derogue cualquier forma aborto.
Tenemos que salir a la calle a armar ruido para recordar –una vez más– que no existe un aborto condenable (socialista) y un aborto tolerable (el del PP), lo que existe es el crimen más execrable del ser más inocente; que no se puede justificar con la palabra reforma lo que no es más que mantener la vieja ley socialista de 1985 que despenalizó el aborto. Por ello, lo que pedimos, lo que reivindicamos, es que el aborto en cualquiera de sus formas y modalidades desaparezca y se ilegalice. No mas leyes inicuas. “ABORTO NO”
