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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Artur, vuélvete a la historia

23 de febrero de 2014

La solemne presentación de una ‘Agencia Tributaria Catalana’ perpetrada ésta semana que concluye por el presidente de la Generalitat, no es más que otro brindis al sol en la ‘hoja de ruta’ −término que acostumbramos a emplear también para la que negociaron el PSOE y ETA− de las delirantes ensoñaciones independentistas de CiU y ERC.

Como ya han explicado los expertos, se trata de algo a todas luces inviable, técnica y políticamente; por falta de capacidad para recaudar los hipotéticos tributos que dieran sentido a su existencia, por la posibilidad, más que real, de que muchos catalanes, que no querrán dejar de ser españoles (aunque sólo sea para pagar impuestos), se nieguen a atender a sus requerimientos y a pagar −por partida doble− en Cataluña lo que el Estado español como es natural también les exigiría y, sobre todo, porque viola, otra propuesta más que lo hace, la legalidad vigente.

Cabe preguntarse de donde van a sacar los ‘fiscalistas’ catalanes que aseguran que la propuesta sí es viable, los datos del cuerpo total de contribuyentes sujetos al hecho tributario. Cómo van a exigir, insistimos de nuevo, el cumplimiento efectivo de sus requerimientos y cómo responderán a la demanda que la AEAT les haría, en el caso de qué pudieran llegar a cobrar algo de lo exigido, para que lo ingresaran en las arcas del Estado. Todo esto en el caso de particulares, es decir, rentas de personas físicas, básicamente… de grandes empresas ya ni hablamos porque −y pongan el nombre que quieran− a muchas multinacionales españoles que tengan parte de su estructura en el territorio de aquella comunidad les puede entrar la risa cuando les llegue un requerimiento de tributación del Impuesto de Sociedades ante esa fantasmal Agencia Catalana.

El tiempo se te acaba, Artur Mas. Todo en ti apunta ya a un hombre acabado, a un cadáver político, a un mal actor devorado por un papel que te acabará haciendo destrozar tu espejo. Vuélvete a la historia Artur, o a donde fuere… al sitio del que nunca debiste salir. Deja de hacer daño a tus paisanos de Cataluña. A tus compatriotas, ciudadanos españoles como tú y a tu propia formación política, prisionera de un turbión que le arrastrará electoralmente −aún más− al fango tras la no convocatoria de esa ‘consulta’ anunciada para el 9 de noviembre y que jamás llegará a tener lugar. Sin necesidad de que Rajoy envíe los tanques al Ebro. Entonces, y sólo entonces, pero eso es ya pasado mañana, será la hora de los conmilitones de Junqueras y su ERC… pero ya se habrá hecho demasiado tarde para una gran mayoría de catalanes que tendrán que hacer la maleta si el gobierno de España no toma antes cartas en el asunto.

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