«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

Asturias ye España

10 de febrero de 2025

Entre el 4 y el 7 de febrero, se ha celebrado en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, institución que está poniendo en marcha la figura del «vigía de la igualdad» a base de chivatos voluntarios, el Congresu Mundial de Cultura Asturiana. Según consta en el programa del Congresu, publicado en bable batúa e inglés, durante el mismo, se abordaron cuestiones relacionadas con el mundo rural, la familia, el parentesco, el patrimonio, el paisaje, la tradición oral, la ciudad, pero también con la cultura expresiva, los procesos de identidad, la educación, el género y la pertenencia al Arco Atlántico. A pesar, o acaso por ello, de que el Gobiernu del Principáu d’Asturies, es el principal financiador del Congresu, las palabras «España» o «español» no figuraron en lugar alguno. Cosas de la cogobernanza baronil y disolvente.

Amenizada por el sonido de la gaita, la ceremonia de inauguración de unos fastos impulsados por l’Academia de la Llingua Asturiana, contó con la presencia del presidente autonómico, Adrián Barbón, denodado asturianista que hace unos meses se administró unos suaves pellizcos de monja al hacerse público el plan, es decir, la cesión de Sánchez a los golpistas catalanes de los que depende su gobernanza, que es cogobernanza con ribetes federalistas. Que es disolvencia en agendas globalistas. Que es alineamiento, al parecer, con la China que no tolera disidencias ni señas de identidad divergentes respecto a las que orbitan sobre la etnia han.

De la miscelánea mundial que se ha aliñado en Oviedo, topónimo que retrocede ante ese Uviéu que hiere mis córneas, cabe destacar su cartel, necesariamente ilustrativo. En él aparecen, en rigurosa paridad, unos paisanos en traje regional, un hórreo, una cabaña… un menhir que parece establecer una conexión indigenista entre los actuales asturianos y los astures prerrománicos, quizá con los celtas, pero también una torre minera y las chimeneas de ENSIDESA, empresa fundada por el Instituto Nacional de Industria en el muy franquista año de 1950 que, junto a otras de carácter estatal, determinaron las condiciones materiales necesarias para la transformación de un régimen en otro régimen. La entrada en Europa terminó con ese tiempo y a las chimeneas apenas las sostiene la arqueología industrial. Las jubilaciones acallaron los gritos de una generación tras la cual apenas hay otra generación, pues Asturias no es tierra de niños, sino de ancianos y perrhijos.

Convertida en un paraíso natural en el que el asturiano es casi el animal más exótico, la socialdemocracia gobernante ha tirado por la vía de la identidad indígena fabricada, del bable pasterizado del que hablara en su día Gustavo Bueno. Situado frente a los espejos catalán, vasco y gallego, Barbón ha impulsado definitivamente la llingua que rotula un Congresu en el que han participado elementos argentinos y mexicanos, que en lugar de hablar en lunfardo y náhualt, lo han hecho en la lengua, al parecer, impropia, de una tierra que tradicionalmente se ha considerado España frente a la tierra conquistada. Arropado por Ignacio Villaverde, «Rector Magníficu de la Universidá d’Uviéu» y sus consejeros de Educación, Cultura y Política Lingüística, Barbón juega a ser Pujol y Fraga en una tierra geográficamente inserta en el Arco Atlántico, pero también en el hemisferio norte o en uno de los planetas del sistema solar. Pero, sobre todo, aunque el programa lo omita cuidadosamente, de España.

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