Ya explicó magistralmente Hughes cómo el asesino islamista se desdibujaba tras la ideología de su víctima. Incluso tras la desastrosa actuación policial. Al fin y al cabo, un facha menos siempre es una buena noticia para el progre, sean cuales sean las circunstancias. En pocos días hemos tenido bastantes más ejemplos de cómo funcionan sus cabecitas zurdas.
El hermano de Begoña Villacís perteneció a los Ultras Sur. Circulen. El padre que le dio una bofetada al cómico era neonazi. Nada que ver aquí. Y los judíos muertos del siete de octubre eran eso, judíos. Dos mujeres se manifestaban así en el Congreso de los Diputados. Desde hace tiempo allí parece que puede entrar cualquiera.
Declaraban que los asesinatos y las violaciones de Hamás eran una «valiente iniciativa que vuelve a poner encima de la mesa la cuestión palestina». Las mujeres violadas y masacradas, los bebés decapitados, los cuerpos paseados y denigrados por las alegres hordas gazatíes… son una valiente iniciativa. Menuda malnacida. Otra ¿mujer? decía que lo que ocurrió ese día tiene un lado positivo por el que tenemos que dar las gracias: «Puso en el centro la cuestión palestina». Se me escapa cómo no hubo nadie en esa comisión que hiciera lo que se le hizo al cómico. Darles con la mano abierta. Bañarles con un cubo de sangre. Sangre de cerdo a ser posible. ¿En qué coño andan los diputados fachas?
Miriam Ojeda y Jaldía Abudakra se llaman las angelitas. Estas malnacidas son de esas que nos tienen hartos con sus micro machismos y su victimismo continuo. No digo que se solidaricen con los hombres judíos, pero vaya, uno esperaría un poco de sororidad con las mujeres y niñas violadas y asesinadas. Un «hermana yo sí te creo». Nada. Ni la más mínima humanidad.
En mi comunidad, el Ayuntamiento de Denia excluye a una compañía de Israel de su muestra de teatro. El concejal dice que no es el mejor momento para difundir la cultura de ese país. Una compañía valenciana ocupará su lugar. No le ha hecho ascos a la tarea. Los artistas, tan dados a defenderse entre sí, han visto la minifalda judía. El pájaro en cuestión es de Compromís, cómo no. Y yo recuerdo cómo pillamos a uno de sus dirigentes, activista gay propalestino y antiIsrael, pasando sus vacaciones en las fiestas del orgullo… de Tel Aviv. No se fue a Gaza, no. No le debe gustar el balconing.
Hoy son las elecciones europeas. Y acabo hablando de Imelda Gómez, de Begoña Ceaucescu. Parece que su socio, el que ha sido citado a declarar, el que parece que se ha enriquecido a su vera, está hospitalizado. Ya somos Rusia. Pedro Putin lleva a Begoña Kirchner a los mítines. Una imputada por corrupción como activo electoral. Y los asistentes, todos estómagos agradecidos, aplauden en pie. La presenta en el acto un tal Espadas. ¿Recuerdan? Su mujer, la del güorperfe, también está imputada. A otros investigados se les retiró el carnet del PSOE. A Bergoña, no. La presidenta de España, que la llama Patxi. Es una corrupta, sí. Pero es nuestra corrupta. Son una banda.
