Decía Voltaire -o le hacen decir a Voltaire, que esa es otra- que para saber quién manda basta pensar en quién no puedes criticar. No es exactamente santo de mi devoción el ilustrado francés, pero alteraré ligeramente su frase para aplicarla al tiempo presente o, más en concreto, a las primeras de hoy: si quieres saber quién paga toda la prensa, observa en qué temas coinciden todas las primeras y con cuáles saltan como si les hubieran pisado un callo.
En estas páginas coincidimos con un amplísimo sector de la población española, e incluso de la profesión, en que el nuevo secretario general del PSOE es lo que popularmente se conoce por «un venado». Busca aliarse con un grupo que ni buscado con un candil podría encontrarse uno más descerebrado y peligroso, una panda que jalea a los violentos, se codea con ex terroristas, alaba regímenes demenciales, defiende tácticas intimidatorias y actúa en todo como una secta de las clasificadas como peligrosas.
Pedro también defiende un modelo territorial para España que se da de bofetadas con lo que ha defendido y aplicado su propio partido desde el inicio de nuestra democracia.
Sin embargo, la reacción mediática a todo este cúmulo de peligrosos dislates, si bien mayoritariamente crítica, ha sido tibia y desigual.
Pero se le ha ocurrido al hombre oponerse a un tratado comercial del que el pueblo soberano no sabe una palabra ni, naturalmente, ha sido consultado y, amigo, nuestros colegas han reaccionado como si les hubieran mentado a la madre.
'Europa censura la posición de Sánchez contra la globalización', abre escandalizado El País. Uno, que no se imagina a la nube de François, las legiones de Ottos o las hordas de Giovannis dándoseles una higa lo que opine nuestro malhadado político sobre el CETA, tiene que subrayar por enésima vez el abuso de la sinécdoque por parte de El País. Porque no, no ha sido 'Europa', sino los sospechosos habituales, la alegre pandilla de Bruselas.
Y es que hoy El País viene de un globalista que lo tira. En la ilustración de primera, Merkel y May sonríen juntas en contraste con el titular inmediatamente inferior: 'May choca con la firmeza de Merkel frente al 'Brexit'. Gran Bretaña debe pagar cara su osadía.
Debajo a la derecha, 'Parlon dice que el PSOE apelará «a la comunidad internacional» si se aplica el 155'. Esa comunidad internacional, ya saben, que ha hecho que acaben las guerras y se respeten los derechos humanos en todo el mundo con una eficacia universalmente reconocida.
Pero sigamos, porque la coincidencia es más que significativa. ABC saca a Sánchez ligeramente despatarrado -en abierta contravención de las políticas contra el 'manspreading' propuestas por su grupo hermano, Podemos- junto a Pierre Moscovici. Titular: 'Sánchez evidencia su inconsistencia política ante Europa'. Así, sin que sepamos en qué consiste esa inconsistencia, y como si lo realmente importante de un político español fuera lo que piensan de él los europeos, más que sus compatriotas y potenciales votantes.
En El Mundo, la primera es casi una copia reinterpretada de la de nuestro diario de referencia. Foto muy semejante, la misma primera noticia, la misma segunda noticia y en la misma posición ambas. El primer titular es un entrecomillado de Moscovici, uno de esa panda que usted nunca ha votado y quizá incluso desconoce pero cuyas instrucciones tiene que obedecer: «Hay que conciliar ser de izquierdas y ser creíbles».
Correremos un túpido velo sobre lo que pensamos de la frase en abstracto, que no viene a cuento. Sucede que Moscovici es socialista, y lo que le está diciendo en clave a Pedro es que el socialismo de hoy es otra cosa, que en lugar de querer desplumar al banquero ha optado por hacerle los recados, y ahora lo de ser de izquierdas trata de derechos reproductivos, micromachismos y cosas así. ¿Qué puede haber más socialista, más de izquierdas, que un tratado que anhelan todos los grandes empresarios?
'La UE 'sueña' con la vuelta atrás del 'Brexit', es el segundo tema, que empieza con esta frase inverosímil: «Los líderes de la UE evocaron ayer lo impensable hasta hace poco: que la ruptura entre Reino Unido y la UE sea reversible». ¿¿Impensable?? Desde el día posterior al referéndum británico apenas ha pasado uno en que no se haya pensado, planeado, 'soñado', preparado y procurado su anulación.
Sería interesante. No es que Bruselas ande escasa de urnofobia o tenga escrúpulos en mandar repetir referenda de resultado 'erróneo'; pero cuando el 90% de los diputados que se sientan hoy en los Comunes se ha comprometido con esa ruptura, echar marcha atrás iba a confirmarnos a todos que esto de la democracia es similar a lo que aquel mítico alcalde de Jerez opinaba de la Justicia en España.
La Razón, como es de ley, hace sus pinitos para demostrar al mundo que la derechita española está más deseosa que ninguna otra tribu política en someter España a los dictados de Bruselas: 'El «eurexit» de Sánchez'.
Me lo ponéis cada vez más fácil.
