Pasaron los felices años en los que Totoyo, José Antonio Sánchez, se llevaba el dinero fácil del genio Villalonga. Los ex directivos de esa gran compañía telefónica siempre han conservado intereses comunes. Revuelta, Pérez, Sánchez son de esos supervivientes incombustibles, perejil de casi todas las salsas.
El caso Totoyo y su clan es el paradigma de la borrachera de poder. El éxito de El Confidencial arrebatado a Cacho en una noche oscura le está haciendo perder la perspectiva. Qué cierto es que los dioses ciegan a los que quieren perder. Sus filias y fobias han utilizado la penetración de ese medio digital, que hoy es sin duda muy influyente, para premiar o castigar de manera injusta y arbitraria a quien le es más o menos «simpático».
Florentino Pérez es un ejemplo, pero no el único, de quien sufre un día sí y otro también el odio de estos personajes que ya se creen dioses.
La difamación proferida contra Julio Ariza y su grupo ésta misma mañana es una muesca más en la sarta de mentiras y manipulaciones de El Confidencial, que cada día va horadando su credibilidad y fiabilidad. Si mienten en esto tan burdamente ¡qué no harán en otros temas donde se juegan algo más que el rencor o la envidia!
Por supuesto no van a leer en El Confidencial de Totoyo Sánchez que su socio compartió comisiones Gürtel por millones de euros en la operación Arganda, eso les hace daño a ellos, no a otros. Pero nos veremos en la obligación de complementar la información que El Confidencial no da o da de forma completamente engañosa. ¡Gracias Totoyo y Cardero por brindarnos esta oportunidad!
¿O es que se trata de una vieja rencilla del autor de esta mentira, José María Olmo, antiguo trabajador de Intereconomía?
