'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Contesto a un fiscal amigo que ha criticado mi artículo
Por Mario Conde
26 de octubre de 2015

Un fiscal amigo con quien he mantenido conversaciones acerca de la Justicia en varias ocasiones, ha leído mi artículo y me ha contestado de viva voz desde su puesto en provincias. Comienzo confesando que mi experiencia en estos debates no es demasiado fructífera, porque cada vez que me limito a poner encima de la mesa alguna crítica suave sobre cuerpos del Estado lo que recibo no es exactamente una caricia, y eso que viniendo de un amigo no sólo no duelen esos comentarios sino que, encima, ayudan a darnos cuenta de que un ejercicio de humildad es imprescindible para poder avanzar en una convivencia humana. Si uno se pasa el día poseído de si mismo y entiende que cualquier crítica es un ataque personal, poco se puede avanzar.


Su crítica es que no profundizo sobre los verdaderos problemas de los fiscales, que ignoro como funciona una fiscalía y que quiénes hacen las leyes tampoco. Vaya pues si que empezamos bien. Recuerdo de entrada que mi profesión no es ni fontanero, ni agricultor, ni creador de programas informáticos. Soy abogado del Estado y he convivido con jueces y fiscales toda mi vida.Y he visto como funciona alguna fiscalía y precisamente el comprobarlo determinó que quería irme de ese mundo…Y tenía entonces 25 años…. Claro que no generalizo porque eso es ilegítimo conceptual, profesional y humanamente. Pero eso de que no conozco…


Algo conozco, algo. En algunos casos me gustaría no haberlo conocido, —omito ejemplos por decoro— pero la vida me puso ahí. Y he conocido a fiscales que ejercen su labor con honestidad, seriedad y dedicación. Porque, a ver si nos enteramos, que de todo hay en la viña del Señor. Y jamás he tenido reparo en decir que lo ocurrido con mi Cuerpo de abogados del Estado me produjo profunda pena, al comprobar como valores que nos definieron en el pasado se arrojaban por la borda de un barco en el que viajan los deseos de medrar, la ambición política, el principio de la conveniencia…. Soy abogado del Estado, por oposición, pero prefiero no ser ciego intelectual por vocación. Y por eso compruebo como el juicio social que hoy existe sobre los abogados del Estado no se parece casi en nada al que tuvimos muchos años atrás, desde el inolvidable Joaquin Costa


Y después he tenido que vivir/sufrir a fiscales totalmente politizados, y claro que conozco como funcionan, no solo yo, sino también mi madre, por ejemplo, cuando las tías del fiscal que me acusaba en el caso Banesto le dijeron a mi atribulada madre que su querido y entrañable sobrino le comentó que quería llevar mi caso, a pesar de ser lejanos parientes, porque como yo ya estaba condenado políticamente le venía muy bien para su carrera Y me pidió 50 años de cárcel…¿He dicho que lo ascendieron a fiscal de Sala?


Claro que conozco como funciona una fiscalía. En Madrid y en provincias. Tengo amigos fiscales y experiencia directa y se de ese mundo lo suficiente como para poder comentar. Me dice, por ejemplo, mi amigo, que resulta que según la Fiscal General del Estado en Europa hay 14 funcionarios adscritos a cada fiscal y que en España solo tenemos 0,8 y eso es intolerable. Como uno ya es viejo en estas lides del debate, y como sabe que los números impresionan al personal, me limité a preguntar:


—Pero, ¿esos 14 son porque llevan la instrucción de las causas?
—Pues sí,— me respondió.
—Entonces —le dije— el dato no es comparable y suena a una suerte de intento de confusión
—Bueno —me replica— pero es que nosotros queremos tener la instrucción.
—Bien, pero mejor esperar a tenerla a efectuar comparaciones de términos no homogéneos ¿no?


Este es un asunto importante. Yo en principio no soy nada partidario de que los fiscales lleven la instrucción. ¿Por qué? Porque no me fío. Mientras exista esa dependencia jerárquica tan rotunda no me fío. Porque un Fiscal —por muy independiente, serio y honesto que sea— tiene que atender una orden de acusar o de no acusar, y si el Fiscal General lo nombra el Gobierno, podemos empeorar la situación actual.


Me dice mi amigo que no profundizo porque no relato las necesidades de los fiscales. Evidentemente no me voy a poner a describir en el articulo el equipamiento informático, las mesas, impresoras, sillas, libros y funcionarios. No es lo mío. Pero si alguien lee mi artículo comprobará que en él digo esto “Hay que dotar de mas medios personales y materiales a la Justicia, a los jueces y a los fiscales “ Asi que está claro. No me he puesto, como digo, a concretar mesas, ordenadores, sillas, libros y funcionarios. Pero es evidente que estoy sosteniendo que la Justicia está en penuria. Y que los fiscales tienen pocos medios. Lo he dicho mil veces. Ahora si para escribir sobre el problema tengo que concretar metros cuadrados de despacho y consumo de luz, vamos listos.


Me dice mi amigo que ignoro los problemas de los fiscales. Pues no del todo, como ya he dicho, pero en fin. Me preocupan, claro, pero en tanto en cuanto esos problemas de los fiscales se traducen en problemas de los ciudadanos. Porque los fiscales son un cuerpo al servicio de la comunidad y no al contrario, aunque tal vez estos términos se alteran de modo inconsciente algunas veces. Por cierto que mi amigo me dice que yo no puedo escribir como experto en fiscales aunque tengo derecho a escribir como ciudadano. Menos mal. Agradezco esa concesión porque estaba empezando a pensar que la cosa podía llegar tan lejos que ni como ciudadanos se podía comentar nada del cuerpo de fiscales.


En fin, que hay que ir al grano Ni por asomo le daría mas medios a una fiscalía politizada. Sería como enterrar aún mas nuestras libertades y haciendas. Les daría todos los medios necesarios, sin escatimar, a una fiscalía y a una justicia integrada por personas independientes que no se plegaran a las órdenes del poder. Asi que esa es la clave. No solo los funcionarios adscritos al fiscal, mesas, ordenadores y libros.


Eso sí, pero con fiscales y jueces independientes. Y para saber esto no hace falta ser experto. Basta con haber visto algunos lamentables ejemplos, aunque forma todavía mas el haberlos sufrido. Insisto una vez mas: no generalizo porque ejemplos espurios no son la tónica general del cuerpo ni mucho menos. Pero como las meigas de mi tierra gallega, aunque digan que no existen haberlas haílas.


Por eso aparte de mirar su ombilgo algunos fiscales deberían darse cuenta de lo que sucede en la sociedad, de cómo se les considera, de lo que se opina de ellos, y tal vez convendría que se hicieran esta simple pregunta: ¿por qué se opina así? Claro que queda el recurso de decir que como la sociedad no es experta…...Seamos serios. Edifiquemos una justicia independiente que reclama personas formadas jurídicamente y con sentido de la dignidad e independencia de su profesión. Y demos todos los medios necesarios, los que sean. Porque en eso nos va la verdadera libertad. Lo demás es literatura.

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