Susana Díaz, en un esfuerzo que le honra de predicar en Cataluña a España, se ha liado un pelín.
Es evidente que a su PSOE, el hecho de que el PSC se integre en los secesionistas, sea o no tímidamente, le supone un disparo en el pie de los que duele; por eso se ha ido a tierra de misiones a predicar unidad.
A veces, por muy mujer que una sea, no es bueno hacer dos cosas a la vez. Pretender argumentar contra el separatismo en Cataluña ya está bien; no hace falta, en simultaneo, querer meterle el dedo en el ojo al PP por el mismo tema; igual si les atacas recordarán en público que tus siglas llevan muchos años escurriendo el bulto, cuando no dando alas, a los que pretendes, ahora, combatir.