Hizo falta que escrachearan en su chalé de nuevo rico a la familia Iglesias para que a la izquierda le pareciera mal lo que antes era un merecido jarabe democrático. Tuvimos que ver a Pablito lloriqueando porque le llamaban rata chepuda para que algunos periodistas del régimen comenzaran a apuntar con su dedito moral. Sánchez se atreve a hablar de mentiras. ¡Sánchez! Toda una vida de falsedades y acoso y ahora se quejan de los bulos y la violencia en las redes.
Ha tenido que llegar la izquierda al poder para que se trate el tema. El puñito de hierro y la mandíbula de cristal. ¿Acabar con el anonimato? Me parece bien, no hay problema. Algunos no nos escondimos nunca; siempre con el nombre por delante. Pero los problemas deben afectar a los señoritingos de izquierdas para que se tomen cartas en el asunto. Habrá que recordar la mierda que vertieron ellos. Permítanme darles algunos ejemplos. Somos muchos los que aguantamos aquello.
A Jorge García Castaño, ex concejal de IU, habrá que reconocerle que no se esconde. Su «Compañeras, creo que ha llegado el día de empalar a Toni Cantó» tenía, además, un deje sadomaso que me dio que pensar. Tú no has venido aquí a cazar, Jorge, pensé. «Negando los derechos de los animales ha demostrado que tiene el alma negra. Sin duda tiene menos humanidad que la mayoría de los animales»; Pilar Rahola, desde su republiqueta de la señorita Pepis, se apuntaba a la cacería.
«Mereces un tiro en la nuca por ser upeydero», comentaba Sergio_Dugesta. «Pedazo hijo de puta ni se te ocurra aparecer por Vigo…no tiente a la suerte», escribe la simpática Airini López. «A mí me encanta el olor a Toni Cantó con un tiro en la nuca al amanecer”» reconocía Awasinetiquetas. «Te mereces lo peor después de reírte de los independentistas en ese vídeo. Coche bomba y a volar», amenaza Trankoskriskri. «Desmiente que fuiste condenado por pegar a tu mujer», acusa en falso Aurora Díaz. «Puedes mirar en los bajos de tu coche? es para una cosa», aconseja Swek Ludd. «Voy a coger un rifle y volarte la puta cabeza, después te abriré en canal y haré un estofado con tus tripas»; la receta es de Lloroncero. En Facebook se creó una plataforma «para darle una paliza a Toni Cantó». Y sobre mi pobre hija Carlota, que en paz descanse, se hicieron los comentarios más crueles e hirientes que uno pueda imaginar. Publicaron mi número de teléfono y durante meses no paré de recibir mensajes y llamadas.
Son sólo unos pocos ejemplos. Y no soy especial, muchos recibimos ese tratamiento a diario. Tengo cientos de mensajes guardados. No leí ni una sola condena de esos progres que ahora pretenden acallar las redes y que entonces campaban por allí a sus anchas.
Hay que erradicar el odio, dicen. Por supuesto, sólo un tipo de odio. Son los mismos que quieren acabar con los asesinatos de mujeres o el calentamiento global pero no son capaces de redactar una ley o hacer la o con un canuto.
