«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

El amo del puto amo

24 de marzo de 2025

Hace casi un año, Óscar Puente, Ministro de Transportes, sentenció: «Sánchez es el puto amo». Al decir del vallisoletano, cuyo horizonte histórico parece limitarse a la democracia coronada que, según la propaganda, los españoles nos dimos, la influencia alcanzada por el doctor supera a la que tuvo Felipe González. En su intervención mitinera, teñida de adulación, Puente justificó el putoamismo de Sánchez en su «predicamento en el exterior». Sánchez, recordó, tiene discurso, autonomía y, sobre todo, habla inglés. Las comparaciones son odiosas, pero cabría recordar al pucelano que al XXVII Congreso del PSOE renovado, financiado por dineros que hablaban alemán e inglés, asistieron, Willy Brandt, François Miterrand, Olof Palme y Pietro Nenni, entre otras destacadas figuras internacionales de la socialdemocracia del momento. 

En cualquier caso, es innegable que Sánchez es bien acogido en muchos, no en todos, recordemos a Trump mandándole sentarse, en inglés, en la cumbre del G-20 de 2019, ambientes internacionales. En Europa o, por ser más precisos, en los sectores más globalistas de la Unión Europea, Sánchez es bien recibido. Al cabo, se trata del campeón de el europeísmo multicolor. Un buen chico, con buena planta y con un impecable inglés. Una garantía de cumplimiento, en definitiva. Sin embargo, es también en Europa donde menos putoamismo ejerce el marido de Begoña Gómez.

En efecto, apenas a 24 kilómetros de Bruselas, donde Sánchez alcanza sus mayores cotas de aceptación, se encuentra Waterloo, lugar de residencia de Puigdemont y de sus cortesanos. Más a tras mano, aunque también en Europa, en Ginebra, es donde se reúnen, bajo la insultante presencia de un relator internacional, la del salvadoreño Francisco Galindo Vélez, los equipos de negociación, es decir, de cesiones, del Gobierno de España y los representantes de Juntos por Cataluña. Todo ello conduce a una conclusión evidente. Si, según Puente, Sánchez es el puto amo por discurso, autonomía y dominio del inglés, estos tres atributos quedan empequeñecidos ante la figura de Puigdemont

En cuanto al discurso y la autonomía, es evidente que, por más que más dosis de propaganda que se inyecten en los medios subvencionados, que la vanguardia corresponde a los golpistas, que marcan los tiempos y que echan abajo las iniciativas del puto amo cuando les viene en gana. No hay más que seguir la actualidad del Congreso de los Diputados, para comprobar quién maneja los tiempos. Por lo que respecta al inglés, es de suponer que, siendo el mediador un salvadoreño, las conversaciones ginebrinas se desarrollen en español, aunque no es descartable que en ellas se manejen pinganillos. Pagados por todos los españoles, por supuesto.

No afectado por los indultos concedidos a sus compañeros de asonada, pues nunca llegó a ser juzgado ni a ser traído a España, tal y como prometió Sánchez, Puigdemont, que se dio un paseíto por Las Ramblas cuando le vino en gana, exigió la aprobación de una ley de amnistía, hoy recurrida ante el Tribunal Constitucional, dominado por «jueces progresistas» y presidido por Cándido Conde Pumpido. A esta corrupción de la nación española han de sumarse otras cesiones, entre las que destaca una financiación a la carta, con una quita de deuda catalana, ahora situada en 15.000 millones, que a Junts le parecen insuficientes.

Puente podrá seguir haciendo méritos ante El 1, llamándole puto amo, pero la realidad es que existe un amo del puto amo, apellidado Puigdemont.

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