«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios

El duendecillo indomable

4 de diciembre de 2024

¿Por qué el PSOE pasea a ZP? Creo que esta pregunta nos la hacemos poco. Y es un misterio, si aplicamos la lógica. Ningún presidente salió con tal nivel de rechazo popular. Tampoco es que entrase muy bien, pero ése es otro tema. Y ahora está ejerciendo de primo de Zumosol de Pedro Sánchez. ¿No es un nivel que nos indica lo bajo que está cayendo Sánchez?

Lo que es más misterioso aún. Con lo chulo y guapo que es, le tiene que repatear esconderse detrás de Zapatero, como si éste fue la guía moral que otorga legitimidad a su manual de resistencia. Por este juego de matrioskas en que se ha convertido el PSOE, la presencia de Zapatero evoca la ausencia de Felipe González, tan clamorosa. El zapateado de Zapatero deja a la altura del betún a Pedro Sánchez, ya que parece que no encuentra otro referente moral o político.

Sin embargo, lo mantiene; y nuestro penoso deber es preguntarnos por qué, por qué. La respuesta sencilla, pura navajita plateada de Ockham no es manca: es que no tiene otro. Como tampoco tiene otra. ¿Si no, de qué elegiría de segunda espada a Marisú Montero? ¿Creen factible que la haya elegido por sus méritos intelectuales y políticos?

Ese argumento tan poco sofisticado es inapelable, pero algo más debe de haber, porque creo que Zapatero no compensa ni aunque no tengas a nadie más. Es como una RoRo progresista, pero donde la auténtica pone ironía y talento, él derrocha cinismo y cháchara. Habrá algún motivo de peso para que Sánchez sostenga a alguien tan insustancial. Los más conspiranoicos lo tienen a huevo: José Luis Rodríguez Zetapé es el guiño que el PSOE de Sánchez, ahora que ha perdido a Ábalos y su conexión con Delcy, le manda al Foro de Puebla. Zapatero funciona como Plus Ultra de la bola bolivaresca.

Hay, por último, una razón shakesperiana. No pienso en Macbeth, sino en La fierecilla domada. Allí hay una estrategia de Petruchio para domar a la revoltosa Kate: hacer que pase por el aro surrealista de decir que sí a las mentiras descaradas de su marido. Éste le dice que es de noche cuando es de día, y ella tiene que ponderar: «Oh, qué noche más cerrada». Luego le hará quejarse del frío que pela cuando están fritos al sol. Y decir —ojo a la profecía trans— que un hombre barbudo es una hermosísima dama. Y cosas así. Es una manera de sometimiento absoluto. El Bardo lo vio venir.

No otra cosa hace Sánchez con sus mentiras que los suyos le aplauden, pero Pedro, como Petruchio, exige todavía más docilidad y les saca a Zapatero, duendecillo indomable, para que todos le bailen el agua. Convierte así a su hinchada y a sus votarantes en unas fierecillas domadas. ¿Qué les va a importar lo que haga si ya sabemos lo que hizo ZP y lo siguen aplaudiendo igual? Zapatero es una especie de indulto de efectos prospectivos. Cuando, pasados unos años, queramos echarle algo a la cara a Sánchez, dirá: «Pero si yo os paseaba a José Luis y lo aplaudíais a rabiar. No diréis que no os avisé».

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