ĀæPonerse una pinza en la nariz, traicionarse a sĆ mismos y votar al inmovilismo y a la corrupción institucionalizada del PP? ĀæApostar por aquellos que han permitido que el rĆ©gimen mĆ”s corrupto de Europa (AndalucĆa) pueda seguir instaurado una legislatura mĆ”s, es decir, Ciudadanos y su equipo de socialistas disfrazados de centristas? ĀæVotar a VOX, que probablemente no logre posicionarse ante el electorado como una alternativa de gobierno?Ā
Otra opción consiste en abstenerse y permitir, de esta manera, que el nuevo Frente Popular del SXXI (integrado posiblemente por el PSOE, Podemos y determinadas formaciones separatistas) āasalte el poderā. En este caso, en EspaƱa gobernarĆa Podemos, tanto si el Presidente del Gobierno fuera SĆ”nchez como si este cargo lo ocupara Iglesias. Y nuestro paĆs correrĆa el riesgo de sufrir un āgriegicidioā o podrĆa convertirse en la Venezuela europea.Ā
Indudablemente, los espaƱoles de bien se encuentran ante un autĆ©ntico dilema polĆtico, ādemocrĆ”ticoā y, sobre todo, moral. Al respecto, los sabios griegos (evidentemente, no me refiero a los populistas de Syriza sino a los clĆ”sicos) decĆan que la autĆ©ntica sabidurĆa consiste en analizar la naturaleza de un problema y elegir la opción menos nociva…
Si bien es cierto, y en relación a lo anterior, que muchos espaƱoles que apoyaron a Ciudadanos en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, creyendo que esta marca polĆtica se identificaba con la regeneración y al objeto de posicionar a la misma como una alternativa al bipartidismo corrupto del PP-PSOE, se sienten actualmente decepcionados.
Tanto es asĆ, que el proyecto nacional de Ciudadanos estÔ fracasando y, por tanto, este partido Ćŗnicamente sigue teniendo credibilidad en CataluƱa.
Y una de las principales causas de ello radica en el erróneo diseƱo de la estructura polĆtico-organizacional de esta formación y, por ende, en su defectuosa estrategia de detección, atracción y selección del talento, puesto que si exceptuamos al lĆder de Ciudadanos, Albert Rivera, y a otros destacados miembros (entre los que se encuentran, por ejemplo, InĆ©s Arrimadas), el perfil de la mayorĆa de los nuevos cargos pĆŗblicos del partido se corresponde con oportunistas y aspirantes a polĆticos profesionales.
Porque una organización que aspire al liderazgo en su sector debe seleccionar a los mejores, pero por el contrario, Ciudadanos ha hecho caso omiso a esta regla empresarial aplicable igualmente al Ć”mbito de la polĆtica. Ā No obstante, es justo resaltar que, al menos, este partido emergente atesora un capital humano dotado de mejor calidad que la mostrada por el equipo de Podemos, cuyos dirigentes se fotografĆan orinando en la calle, asaltan capillas, ejercen el antisemitismo vĆa Twitter, cobran suculentas minutas por asesorar al narco-Estado asesino de Maduro, etc.Ā Ā
AdemĆ”s, otro fallo estratĆ©gico de Ciudadanos estĆ” relacionado con su incoherente polĆtica de pactos postelectorales, tanto en cuanto esta formación ha exigido a Cifuentes en Madrid cumplir un código Ć©tico mientras que, paralelamente, concedĆa un cheque en blanco a Susana DĆaz en AndalucĆa. Del mismo modo, la formación de Albert Rivera en Castilla La Mancha no ha tenido reparos en pactar con Podemos-IU (y el PSOE) para echar al PP del poder en la Diputación de Toledo, siendo esta lista la mĆ”s votada.Ā Ā Ā Ā
Aunque la prueba que certifica el fracaso (hasta la fecha) del proyecto nacional de Ciudadanos estĆ” basada en el escasamente ejemplar comportamiento, a nivel municipal y autonómico, de los nuevos cargos pĆŗblicos de Ciudadanos, aceptando Ćntegramente cada uno de los privilegios de la casta e, incluso, permitiĆ©ndose la licencia de exigir (concretamente, en el caso del grupo municipal de este partido en el Ayuntamiento de Madrid), la contratación de mĆ”s asesores. ĀæEsta es la regeneración de la vida pĆŗblica que nos vendió Ciudadanos?
En definitiva, la conclusión que extraen muchos espaƱoles es que Ciudadanos, de momento, no ha interpretado realmente el mensaje regenerador que los ciudadanos estĆ”n tratando de comunicar a los partidos polĆticos.
Tanto en cuanto, el gran problema económico de EspaƱa es de origen polĆtico (el mismo que ha conducido a Grecia al default), y este no es otro que el parasitismo de una casta polĆtico-sindical extractiva, que expolia fiscalmente a los ciudadanos al objeto de mantener un macro Estado polĆticamente inviable y económicamente insostenible.
Puesto que la dictadura pĆŗblico-polĆtica autonómica y administrativa implementada en nuestro paĆs por la partitocracia, y con el objetivo de mantener los inmorales e inmerecidos privilegios de la casta, ha convertido a los espaƱoles en esclavos fiscales y laborales.Ā
Y si los nuevos cargos públicos de Ciudadanos no son capaces de predicar con el ejemplo, renunciando a determinados privilegios y haciendo un guiño a los españoles, este hecho significa que no tienen ninguna intención de abanderar la regeneración democrÔtica en España.
Ciudadanos ha desarrollado una grandĆsima labor en CataluƱa, pero el proyecto de este partido en clave nacional estĆ” mal planificado desde el inicio.
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