A pesar de los gigantescos esfuerzos de los líderes británicos, y en parte tal vez debido a ellos y sus ofertas y amenazas, parece que el Sí avanza posiciones en el referéndum escocés. Es interesante darse cuenta de cómo este asunto ha penetrado en círculos políticos, financieros e intelectuales españoles, quizás porque todos somos conscientes de que, siendo obvias las diferencias que separan el proceso escocés del catalán, un voto mayoritario a favor de la independencia escocesa va a ser utilizado, y posiblemente ad nauseam, por el independentismo catalán, a quien el rigor histórico no parece importar en exceso cuando de conseguir sus objetivos se trata. Además, afectará a la Union Política Europea porque en algún modo evidencia sus contradicciones internas.

El triunfo del sí abre un proceso en el que los interrogantes y los riesgos son evidentes. Ante todo porque Escocia no será oficialmente independiente hasta el 24 de Marzo de 2016, fecha elegida porque en ese día, en el lejano 1707, se fusionaron los dos Parlamentos, el inglés y el escocés.  Así que lo que resta de 2014, todo el 2015 y un trimestre del 2016 constituyen la fase de transición desde el voto afirmativo a la materialización jurídico política.

La “agenda”, como se suele decir, es enorme, desde la aprobación de una constitución escrita propia —novedad para Inglaterra— que se ejecutará en dos fases sucesivas, hasta decisiones político estructurales y financieras de importancia. Admito que tengo mucha curiosidad por saber la actitud de la Unión Europea. Está claro que el voto independentista deja a Escocia fuera jurídica y formalmente de la UE, pero ¿querrá Escocia ser parte de la UE? ¿Querrá la UE admitir por la vía rápida a Escocia?. La cuestión de la pertenencia a la UE es muy problemática en el Reino Unido, en el que se anunció —según creo recordar— una suerte de referéndum para decidir su permanencia o salida de esa organización llamada Unión Política. Supongamos que Escocia se independencia. ¿Decidirá Inglaterra convocar ese referéndum? En caso afirmativo, ¿qué decidirán los ingleses? Da la sensación de un cierto proceso desintegrador, no solo de la Unión Política europea, sino del hasta ahora llamado Reino Unido. Y eso preocupa mucho, con mucha razón, a los financieros de la City

Y aquí en las finanzas propiamente dichas es donde me asalta una nueva curiosidad. ¿Qué hará Escocia con su moneda? Inglaterra amenaza con expulsarles de la libra. Pero, no se yo si eso tiene demasiado sentido, para Inglaterra, se entiende. En todo caso, durante el período de transición el banco de Inglaterra va a controlar la situación de Escocia y eso genera una carga problemática nada desdeñable. Pero pensemos un poco mas a largo plazo y preguntemos: ¿tiene sentido para Escocia usar la moneda inglesa? Escocia será un Estado pequeño y creo que, como apunta Mikel Larreina, no tiene demasiada lógica depender de la política financiera de Inglaterra, no sólo por el resquemor generado por la independencia, sino porque las necesidades de actuación del Banco de Inglaterra derivan de la estructura inflacionada de su industria financiera.

Me pregunto si de nuevo no asistiremos a  una unión monetaria sin demasiado fundamento real. El debate del euro se marginó por factores emocionales en los que se vendió la moneda única como panacea. Ahora sabemos lo que algunos denunciamos en su día: las asimetrías de las economías europeas, junto con la ausencia de un verdadero presupuesto común, causaron destrozos evidentes en los países del “sur”, en concreto Grecia, Irlanda, Portugal, España…. Con esa lección aprendida, ¿qué harán los escoceses?. ¿Elegirán seguir en la disciplina del banco de Inglaterra?  Pensemos en la hipótesis nada descartable de una crisis financiera importante en Escocia. ¿Inglaterra apoyaría presupuestariamente al nuevo Estado independiente de manera decidida y sin contrapartidas?. Pues es difícil. Además, me temo que el libre mercado puede sufrir restricciones derivadas del coste político de la independencia. Inglaterra siempre ha sido muy “especial” en ciertas cosas.

¿Acaso pedirán los Escoceses integrarse en el euro en un momento en el que Inglaterra parece querer abandonar incluso a la propia UE y rechaza categóricamente adoptar la llamada moneda única? En fin que son muchas las cuestiones que quedarían pendientes, pero esta de la elección de la moneda me parece mas que interesante. Algunos me dicen que deje de preocuparme por estas cosas porque no va a triunfar el sí porque ni Inglaterra ni Europa se lo pueden permitir y ya está todo controlado. Puede que tengan razón. Puede que no. El viernes lo sabremos.