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María Zaldívar es periodista y licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Católica de Argentina. Autora del libro 'Peronismo demoliciones: sociedad de responsabilidad ilimitada' (Edivern, 2014)
María Zaldívar es periodista y licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Católica de Argentina. Autora del libro 'Peronismo demoliciones: sociedad de responsabilidad ilimitada' (Edivern, 2014)

Inteligencia Artificial: ángel y demonio

29 de junio de 2024

Entre adelantos y turbulencias, la sociedad global se enfrenta hoy con un nuevo desafío: la Inteligencia Artificial y, a partir de su irrupción, surgieron las dudas, simpatías y desconfianzas sobre lo desconocido. La reacción a lo nuevo siempre existió, por eso es importante informarse de los alcances de esta novedosa herramienta tecnológica.

Porque mientras la población está inmersa en lo cotidiano, el trabajo, la subsistencia, la crianza de sus hijos, las preocupaciones de toda índole, el avance de la IA debería figurar en la agenda de los líderes mundiales y los políticos porque está destinada a alterar la realidad tal y como la conocemos hasta ahora.

Un reciente informe del Reuters Institute aborda el tema de Inteligencia Artificial y su inserción en la vida cotidiana de la sociedad. El paper arriba a interesantes conclusiones. Si bien puede resultar una herramienta atractiva para las generaciones más jóvenes, su aplicación no es tan lineal ni en los distintos grupos etarios ni en las diferentes áreas del conocimiento.

Una definición de inteligencia artificial diría que es una manera de expresar el pensamiento y desarrollo propio de las máquinas, es decir, que las computadoras o robots piensen por sí solos y elaboren respuestas o, inclusive, una actividad. La idea principal entonces es que los nuevos desarrollos piensen como humanos.

El debate actual gira en torno a si las máquinas pueden pensar. El planteo comenzó a incluirse en las conversaciones cotidianas tras el aporte de Alan Turing, considerado el  padre de la informática, que aborda la cuestión en su trabajo Computing Machinery and Intelligence, un artículo publicado en 1950 y, a partir del cual, se desarrolla una evaluación sobre la posibilidad de que una máquina tome el lugar del hombre.

Según IBM, una empresa fuertemente orientada a la automatización, existe un enfoque humano, en donde los sistemas piensan como humanos y actúan como ellos, y un enfoque ideal, en donde los sistemas piensan racionalmente y actúan de la misma forma.

Mediante datos, un sistema elabora respuestas similares a las que daría un humano a partir de la combinación de la informática y conjuntos de datos, y se entrena al programa para producir respuestas a problemas, a partir de la información que ya tiene. De esta manera, la inteligencia va a ir sumando conocimiento para nuevamente elaborar más respuestas y predicciones a futuro; es lo que se conoce como machine learning.

El tema es que el sistema informático continúa evolucionando y mejora su desempeño mediante algoritmos de aprendizaje automático. Está compuesto por un proceso que implica entrada y procesamiento de datos, un algoritmo de aprendizaje y una salida de datos. Una de las técnicas más comunes de entrenamiento es la red neuronal artificial, que en palabras sencillas, refiere a un modelo matemático que simula la estructura y funcionamiento del cerebro humano. Mediante algoritmos complejos reconoce patrones y relaciones de datos. El avance en este campo es vertiginoso; pronto, estas neuronas estarán interconectadas y organizadas en capas; cada capa va a establecer una comunicación y eso conforma la fuerza de conexión entre neuronas.

En una parte, el estudio del Reuters Institute se enfoca en la relación IA y periodismo y llega a cuatro conclusiones; la primera es que, si bien muchos han escuchado algo sobre ChatGPT, sólo unos pocos lo utilizan con regularidad;  en general, el público prefiere el contenido periodístico producido por humanos, piensa que la IA hará que las noticias sean menos fiables y, en cuarto lugar, muchos creen que el periodismo experimentará un gran impacto con la aplicación de esta herramienta y teme que los medios la empleen de forma irresponsable. El 41% de la muestra considera que las noticias con IA tendrán menos valor.

El ChatGPT es el chatbot de inteligencia artificial más popular. El acceso a su existencia y a su uso es muy dispar. En cada país, una minoría considerable (del 19% en EE.UU. al 30% en Japón) ni siquiera oyó hablar de los chatbots. En Argentina es el 22% y en España, el 18%. El otro dato es la brecha generacional: el 16% de los mayores de 55 años han usado ChatGPT, en comparación con el 56% del segmento de 18 a 24.

En el campo educativo también se plantea una dicotomía entre quienes prefieren el progreso tecnológico y lo consideran una suerte de ayudante y los que sostienen que la inteligencia artificial no propicia el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico y desincentiva el esfuerzo. Además, se ha comprobado que, por ejemplo el chatGPT que recopila información, cuando se le pide localizar artículos o libros mencionados por el propio texto, son inventados. Cuando se le solicita bibliografía o asesoramiento en documentos sobre un tema, chatGPT inventa referencias bibliográficas. El nombre técnico de lo que hace es «alucinaciones» y se está investigando por qué lo hace. Básicamente recolecta información sobre autores que hablan de un tema, junta datos sobre títulos de documentos y los mezcla y luego al ser un producto de varias fuentes, inventa la referencia. Más allá de estos problemas de orden estrictamente tecnológicos pero de una trascendencia superior en términos académicos y científicos, muchos países, como Argentina, primero deberán remediar los altos índices de analfabetismo y de deserción escolar y solucionar las enormes desigualdades que la realidad económica traslada al público escolar: mientras algunos grupos acceden a educación de calidad, la escuela pública carece de las más elementales herramientas; consecuentemente, produce adultos con serias dificultades para incorporarse al mercado laboral.

Otro problema que se menciona: la inteligencia artificial reemplaza empleos, aunque también crea nuevas oportunidades pero esta novedosa tecnología substituye, ya en la actualidad, un interesante porcentaje de labores hoy requeridas.

La magnitud de la revolución que implica la irrupción de la IA en la vida de todos, convocó a líderes mundiales a referirse a ella en las últimas semanas. Primero fue el Pontífice Francisco en oportunidad de su participación en la Cumbre del G7 desarrollada en Italia. En esa ocasión, el Papa centró su alocución en las oportunidades y riesgos de la inteligencia artificial y llamó a la adopción de una sana política para el bien común. La calificó como un «instrumento fascinante y tremendo»; reconoció sus ventajas, la revolución cognitivo-industrial que conlleva «complejas transformaciones de época» y sostuvo que es una herramienta percibida de modo ambivalente: entusiasma por las posibilidades que ofrece y también provoca temor por las consecuencias que podrían producirse.

Dijo que es un instrumento extremadamente poderoso que se emplea en muchas áreas de la actividad humana por lo que es dable suponer que su  aplicación influirá cada vez más en nuestro modo de vivir y que los beneficios o daños dependerán del modo de uso.

El Papa Francisco apeló a la ética que, más allá de la economía y el avance tecnológico, debe enmarcar la conducta humana.

Donald Trump también se refirió a la IA en una entrevista hace pocos días, y señaló la misma dicotomía y el mismo temor: el enorme valor científico de la herramienta y el peligro de su aplicación inescrupulosa. Las fake news que tanto han enrarecido el clima en los últimos tiempos, quedarán pequeñas comparadas con las infinitas posibilidades de la IA de clonar caras, voces, mensajes inventados, distribuir material distorsionado y darles masiva difusión.

Nuestra tarea como sociedad tendrá que enfocarse en aprovechar los beneficios de la inteligencia artificial y gestionar los riesgos que conlleva; será una labor compartida entre los correspondientes profesionales de distintas áreas ordenar su implementación y lograr su integración como una herramienta eficaz y superadora, minimizando sus efectos dañinos.

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