Sánchez es un hombre de familia. Cuida de Begoña y David, pioneros donde los haya. Nadie había ocupado una cátedra sin tener licenciatura. Y Begoña, a la que los sociatas llaman primera dama, vice presidenta, o incluso presidenta, tuvo el honor de inaugurar ese logro que parece mayor, si cabe, tras escucharle cuatro frases seguidas, mal dichas y repletas de lugares comunes medioambientales, resilientes, 360º y con mucho palabro inglés; condición indispensable para que parezca serio el tema.
Tenía ayuda, en eso también innova. Es la primera vez que una mujer del presidente tiene a su servicio trabajadores de la Moncloa para sus negocietes privados… que tienen que ver con lo público. La esposa de Sánchez ofrece cursos que explican cómo sacarle pasta al gobierno de Sánchez. La mujer del César sociata español no sólo ha de ser honrada —ya veremos si lo es—, también debe parecerlo, algo que sabemos no ha conseguido.
El hermano es tema aparte. Resultó un artista entre los artistas. Uno de los pocos que puede vivir bien —no decentemente— de la música clásica. Le crearon un puesto a medida en la diputación de Badajoz y se le conoce artísticamente cómo David Azagra. Quizá quiera distanciarse así del «Sánchez», bien para que no le relacionen con su hermano o para alejarse de un apellido vulgar, poco musical. Este año logró llenar el teatro. Las entradas costaban la friolera de ocho euros. Para una ópera no está mal. Mostraron una versión moderna de Carmen. Y la representación era «un canto a la libertad en una España donde el fanatismo está en auge». Sospecho a cuál se refiere.
David residió en Portugal para obtener ventajas fiscales. Mira que hemos oído a gente de izquierdas echar espumarajos cada vez que un deportista o un youtuber se traslada a Andorra, pero del «hermano Sánchez», ni pío. Estos días, varios ministros nos daban el coñazo con eso de que ser patriota, ser demócrata, es pagar impuestos. El hermano ha resultado no ser ni una cosa ni la otra. Le crean una plaza en tres días. ¡Qué eficiente es la administración cuando interesa! Después, se pira al país vecino. Eso sí, sólo trabaja un poquito.
Ha pactado con la diputación aparecer un par de veces al mes. Más de dos mil euros por día trabajado. No hay muchos artistas que cobren eso. Socialismo en mayúsculas. Para protegerle, le ponen al lado a un antiguo asesor de Moncloa que ostenta un cargo curioso: proyectos culturales transfronterizos. Otro nuevo cargo que es una perfecta definición del hermanísimo.
La famiglia política de Sánchez es otra cosa. Ahí no hay piedad. Esta semana trituró a Lobato que, tras estar muy solicitado para fotitos y actos, verá que nadie se le acerca, temerosos de una purga si tratan o apoyan al disidente. Hoy, todos los pelotas ungen al capo de la banda; no hay otra forma de garantizarse posición en listas y cuatro años más chupando de la teta pública.
