No será la última ley que impongan a su conveniencia sin haber estudiado jamás Leyes ni haber hecho estudios necesarios para ostentar el cargo que ostentan. Sucedió en Cuba, a partir de 1959, y más de 63 años más tarde continúa ocurriendo. Pisotearon las leyes, pisotearon la Constitución vigente, la de 1940, han cambiado lo que han querido a su antojo… Se llama comunismo.
No, Zoé, que en España no sucederá igual, que tú ves comunismo hasta en la sopa, que en un año los tumbamos del poder… Lo mismo dijeron los nicaragüenses, los venezolanos, los argentinos, los bolivianos, y el resto… Incluidos los norteamericanos. Han conseguido con la mano en la cintura la manera de ganar por vía democrática, prometen falsedades, mienten, roban votos con máquinas trucadas o al contarlos durante semanas y meses, cometen fraude, que no se puede denunciar porque nadie se atreve, porque la judicatura teme…
Pero ¿qué esperan de esta ultraizquierda que se ha acomodado en el poder usando al centro izquierda e incluso al centro derecha como mascaradas y triquiñuelas? Se veía venir, y como dice un amigo: … y se vino.
Poseen la prensa, los diarios más importantes, han comprado a grupos editoriales, y paralizan a la gente con amenazas, chantajes de todo tipo, de los más bajos. O sea, Cuba, 1959.
Verán cómo seguirán cambiando leyes, mientras los españoles sigan inertes, sin salir a las calles de manera masiva y firme
Son dueños también de la información ultra-secreta mediante el Ministerio del Interior y sus adláteres, maniobran a su antojo -como ahora mismo estamos viendo- en los servicios de la Salud y Judicial, absolutamente despachados por esta ralea de inútiles mediante los sindicatos, los chivatos, y los vendidos, que se han dejado comprar para mejorar de manera individual y egotista sus estatus. O sea, Cuba, 1959, otra vez… Pero no, Zoé, tú ves lo de Cuba en todo lo malo… Sí, yo veo visiones, que vienen del más allá, porque lo he vivido, porque lo hemos padecido ad infinitum.
Reitero, nadie lo ha descrito tan bien como Reinaldo Arenas: “Los cubanos venimos del futuro”. La autoría de la frase se la endilgan ahora a cualquiera, pero la dijo uno de los mayores autores cubanos, exiliado, que se suicidó en Nueva York, y dejó una carta en la que culpaba a Fidel Castro de su suicidio: Reinaldo Arenas. Pero eso tampoco parece importarle a nadie, o a muy pocos.
Verán cómo seguirán cambiando leyes, mientras los españoles sigan inertes, sin salir a las calles de manera masiva y firme… Lo harán, hasta que logren que con esas leyes reinventadas a su imagen y semejanza, el mero hecho de salir a las calles a manifestar constituya un máximo delito bajo el cual se podrá fusilar, ejecutar en una guardarraya mediante un crimen disimulado como accidente de tráfico, se conducirá a férreas prisiones a jóvenes, incluidos menores, y se les condenará a penas de entre 8 y 30 años de injusto encierro, como ha sucedido con estos jóvenes del 11J del 2021 en Cuba, y ocurrió también mucho antes en esa isla desgraciada.
Tendrán que soportar que al tiempo la oposición se vuelva inerte ante la penetración en sus núcleos de chivatos disfrazados de falsos disidentes
Las madres llorarán, se suicidarán, como la madre de uno de los manifestantes del 11J, al saber que su hijo había sido baleado. Padecerán lo indecible frente a la impotencia de verse obligados por la policía política a testimoniar en un juicio en contra de su hijo preso, y tendrá que hacerlo porque seguramente esas madres tendrán otros hijos a los que deberá cuidar y ocuparse… En Cuba conocemos muy bien el drama de La decisión de Sofía, que no es inherente sólo del nazismo. Hay muchas Sofías ignoradas y olvidadas bajo la tragedia comunista.
Sin haber jamás conocido a mi país libre, voy identificando el mismo proceso de ninguneo antihumano que llevó a mi país al caos
Tendrán que soportar que al tiempo la oposición se vuelva inerte ante la penetración en sus núcleos de chivatos disfrazados de falsos disidentes, como en la época de Vladimir Lenin y Félix Dzerjinski, fundador de la Tchéka, quien le propuso a Lenin organizar su propia oposición antes de que la verdadera acabara con ellos. Lo lograrán, y estos falsos disidentes serán reconocidos en el mundo, porque serán socialistas, y se les premiarán y distinguirán. Lo mismo harán con los escritores comprados, y con los artistas que dependen de las subvenciones estatales para continuar haciendo siempre la misma película, la misma obra de teatro, que borra el pasado, oculta la historia verdadera y canta invariablemente loas al régimen… También serán premiados y distinguidos, mientras los opositores de verdad, los radicales, serán borrados, silenciados y reprimidos también en el resto del mundo. Las grandes editoriales que se forraron con estos los tacharán de sus catálogos y se negarán hasta a la lectura de sus manuscritos…
Confíen en mí, se lo ruego, saquen a este régimen sanchista del poder lo antes posible, háganlo antes de las elecciones
Pero no, Zoé, que tú ves tu vida en todo… No es que vea mi vida en todo, es que por segunda vez sin haber jamás conocido a mi país libre, voy identificando el mismo proceso de ninguneo antihumano que llevó a mi país al caos, a mí y a muchos al exilio, y al dolor que pareciera ahora ser eterno en una suerte de letanía insoportable. Y todo eso en una única vida, porque la vida es una sola.
Confíen en mí, se lo ruego, saquen a este régimen sanchista del poder lo antes posible, háganlo antes de las elecciones. Porque, créanme, al paso que vamos trucarán las elecciones, del poder no los sacarán jamás. Y, cuando escribo jamás, lo hago con todo el peso no sólo de mi vida, sino de las de más de once millones de cubanos, de las de más de 150 millones de víctimas del comunismo.
