'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Lo que hacen los socialistas
Por Ramon Pi
25 de octubre de 2013

Dicen que si a estos socialistas nuestros les queda alguna seña de identidad es su férrea actitud de defensa a ultranza de la educación y la sanidad públicas (léase dependientes directamente del poder político). Desde que se redactaba el primer borrador de la Constitución mostraron ya estos dogmas de los que no se han apeado jamás. Nuestros socialistas han llegado a decir que bajar impuestos es progresista, han tenido un secretario general de la OTAN, han enviado barcos de combate a la primera guerra de Irak, han sido y son clientes asiduos de los mejores manteles, han tenido cargos importantes en la patronal de las grandes constructoras, gestionan un periódico propiedad de un fondo de inversion de Estados Unidos, han presidido procesiones del Corpus de Toledo, han defendido que Navarra es Euskadi y lo contrario… Han hecho buena, en suma, la crítica que Calvo-Sotelo les hizo en el Pleno del Congreso: “Socialismo es…, lo que hacen los socialistas”. Pero en materia de educación y de sanidad, dicen, su discurso ha sido invariablemente cerrado, dogmático, intransigente y sectario, aunque eso implicase tener que decir tonterías magnas como, por ejemplo, que la sanidad ha de ser pública porque la salud es tan esencial que no puede ser un negocio; y el vestido y el calzado, ¿no son esenciales? ¿No deberían ser gestionados entonces por los poderes públicos? Pero es igual: nunca, dicen, los socialistas de este país han cambiado su criterio en educación y sanidad: su discurso en estas materias es una verdadera seña de identidad. Eso dicen.

Eso dicen, pero no hacen. En cuanto pueden llevan a sus hijos a colegios privados y, a poder ser, sin concierto ni nada: privados-privados, y si son extranjeros, mejor. Si tienen la menor posibilidad de estudiar en Harvard o en la London School of Economics and Political Science, vaya si la aprovechan. Y en la sanidad, lo mismo. Lo de doña Elena Valenciano –número dos del PSOE– de estos días es paradigmático. En cuanto se publicó que estaba tratándose una neumonía en un hospital privado (parece que está mejor, y me alegro de veras), han empezado a salir gentecillas oficiosas a decir que con las prisas fueron a lo que tenían más cerca, pero se supo en seguida que hay un hospital público al ladito de donde le sobrevino la urgencia. Al Rey le dicen –¡se lo dijo la misma Valenciano!– que debería haberse tratado la cadera en un hospital público; pero a Cristina Cifuentes le montan, al pie mismo de su habitación en un hospital público, una manifa para gritarle que se vaya a una clínica privada. Sí, socialismo es lo que hacen los socialistas: la ley del embudo: lo ancho para mí, lo estrecho para el pueblo, al que tanto amamos.

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