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Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios

Mi Tesoro (el de Iván Redondo)

8 de febrero de 2023

Me llega por tres vías un artículo de Iván Redondo, el ex exitoso ex spin doctor del doctor Frankenstein cuando Sánchez ascendió al poder. El motivo de tanto envío es que, en ese artículo, Redondo advierte del acierto político que sería la moción de censura planteada por Vox y liderada por Ramón Tamames.

Desde luego, que puede haber en los envíos de mis amigos mucho de esa querencia de la derecha española a embobarse con cualquier mínima condescendencia que se haga desde la izquierda. Si este artículo, en vez de Redondo, lo hubiese escrito Hughes, no lo mandaría nadie. Incluso se le echaría una tupida manta por encima como hicieron los hijos de Noé para tapar el traspiés de su padre. Todo el mundo estaría perplejo de lo mal escrito que está, que es algo impensable en Hughes.

Pésimo estilo literario aparte, mi impresión es que la desconexión argumentativa que muestra el texto es un efecto a medias buscado a conciencia por Redondo. Tengo un amigo que trabaja en los aledaños culturales de la política moderada y al que me costaba muchísimo seguir en el hilo de sus argumentaciones. Eso me inquietaba. Como a Redondo, todo el mundo le considera inteligentísimo. Hasta que, para mi tranquilidad espiritual, le leí una vez la confesión de que esa ambigüedad era intencionada, para que nadie pudiese nunca cogerle en ninguna de sus vaporosas palabras. Diría que Redondo da las mismas vueltas. 

Inquieta que las cabezas que están en las salas de máquinas de la estrategia política española sean tan poco consistentes y tan inconexas. Aunque eso tendrá que ser otro artículo. Aquí hemos venido a leer el de Redondo.

En estos textos abstrusos hay que atender a lo poco que se entiende. ¿Por qué no queda otro remedio? Sí, sobre todo cuando lo ha escrito alguien con acreditada inteligencia práctica. Lo que se entiende del artículo de Iván Redondo es, en efecto, que la moción de censura que planea Vox sería un golpe mucho más peligroso al sanchismo de lo que analistas peperos y sociatas están dispuestos a conceder.

Para argumentarlo, se remite a dos hechos. El primero es fácil. La elección de Tamames como candidato de la moción le parece un acierto. Su avanzada edad hará que cualquier victoria dialéctica sobre Sánchez deje a éste en ridículo. No explica más, pero se lee entre líneas, que los modos chulescos de Sánchez no funcionarán contra un anciano, pues se percibirán como tics de abusón. Tamames, por su trayectoria, captará la simpatía de muchos izquierdistas y reforzará el perfil constitucionalista de Vox.

Más confuso es su argumento principal. Redondo afirma que las largas colas de españoles queriendo invertir en letras del Tesoro permiten inducir, más o menos, que, tal vez, la moción de censura de Vox resulta muy oportuna. Aquí caracolea, va para adelante y para atrás, salta a los lados. Podría ser bueno para el Gobierno, en cuanto que la gente apoya su gestión; o para el PP, al que la gente considera ya el que gestionará la próxima política económica. Todo eso dice a la vez. Sin embargo, entre la maraña de tesis cruzadas en la que nos deja enredados, él se inclina a que esa fiebre del Tesoro es un indicio favorable a Vox.

No dice por qué, así le aspen, pero quiere que deduzcamos que la gente, incluso la de izquierdas, recurre al Tesoro cuando percibe una gran inseguridad económica en el horizonte. Esto implica que la política hasta ahora ha sido equivocada. Y Vox es el partido que subconscientemente —por eso Redondo da muchas vueltas sin decir explícitamente nada— remite a la seguridad y a un cambio en las políticas actuales. Sánchez ya se sabe lo que es y Feijóo —con su táctica pactista con el PSOE y su satisfecha blandura moderada— parece abonado al continuismo. No transmite voluntad de volantazo vigoroso. 

Redondo soba en su artículo este análisis del Tesoro como Gollum su anillo, usando también como un doble lenguaje, bueno y malo, melindroso y maquiavélico. Yo creo que eso es parte de su estilo literario y su talante espiritual y, por tanto, no hay que hacerle caso. Lo valioso es que, entre sus brumas y sus veras, arroja una luz sobre el movimiento de la moción de censura. Hay otras luces, pero la suya suma. (Agradezco el envío del artículo a los amigos).

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