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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Miedo y populismo centrista

13 de marzo de 2017

Según declaraciones de Steve Jarding, estratega de las campañas americanas y profesor de Harvard, en una entrevista antes de las anteriores elecciones en España, en el diario digital Vozpópuli, decía que “a Rajoy sólo le queda la estrategia del miedo”.(http://vozpopuli.com/actualidad/55955-steve-jarding-a-rajoy-solo-le-queda-la-estrategia-del-miedo-podemos-ha-ganado-ya)

 

El miedo es un boomerang

 

En una sociedad en crisis, atemorizada, insegura y difusa, el azuzar el miedo, sin un relato alternativo, es una técnica populista y puede ser un boomerang.

 

La sociedad española es una sociedad atemorizada, en gran parte, debido a su convulso siglo XX. El temor a la verdad asienta la estabilidad de un sistema donde las palabras consenso, populismo, estabilidad y bipartidismo azuzan el miedo al cambio y a la reforma.

 

El miedo es una técnica autoritaria de las elites u oligarquías de un sistema, para que nada cambie. Juan Luis Cebrián decía en una entrevista en El Pais: “El miedo funcionó en la Transición como motor de consenso”.

 

Voto y miedo

 

El médico especialista en neurología Pedro Bermejo, escribe en su libro sobre la importancia de las emociones en política, denominado “Quiero tu voto”, que “la emoción del miedo es una de las emociones más importante que puede llevar a bloquear una decisión racional y potenciar una emocional en un momento”.

 

Argumenta Pedro Bermejo que todos los partidos están utilizando esta emoción de miedo de manera permanente. Bermejo recuerda en su libro, entre otros ejemplos, el “doberman” del PSOE en las elecciones del 1996, el argumento del PP contra Podemos a raíz de las noticias sobre su vinculación con Irán o Venezuela e incluso la famosa frase de Podemos que dice que “la crisis terminara cuando el miedo cambie de bando”.

 

Hay tanta manipulación con el miedo que, según este neurólogo, la racionalidad está muy al margen del voto en las elecciones.

El miedo es una técnica Populista

 

Es curioso que aquellos que continuamente defienden el sistema agitando el miedo, consideren que cualquier denuncia de las anomalías del sistema autonómico, la corrupción, la politización de la justicia o los agujeros de asuntos oscuros como el 11 M, es conspiración y populismo.

 

Aquellos que agitan el espantajo del miedo como un mantra contra el llamado populismo, son los mismos que se autodenominaban populistas y transversales en los años 80. Ese era el discurso de Alianza Popular en 1988 que en su documento de estrategia de ese año pretendía situar a Alianza Popular en la idea del populismo centrando el partido. El centrismo populista de Alianza Popular consideraba que lo importante es la solución de los problemas y no las etiquetas. El partido popular se proclamaba como ‘populista, interclasista, y de principios liberales y humanistas’”, posteriormente se declaro populista, conservador y reformista.

 

El centrismo es populismo

El centrismo no es más que populismo en estado puro, en el sentido más negativo del término, el dogmatico centrismo neoliberal se convierte en una ideología neutra y camaleonica promotora de los valores más relativistas de esta sociedad.

Según Pedro Carlos González Cuevas, profesor de políticas en la UNED: La opción centrista carece de entidad desde el punto de vista estrictamente político. Como señaló en su día Julien Freund, es «una manera de anular, en nombre de una idea no «conflictual» de la sociedad no sólo al enemigo interior, sino a las opiniones divergentes». «Desde este punto de vista –continuaba el politólogo belga– el centrismo es históricamente el agente latente que, con frecuencia, favorece la génesis y la formación de conflictos que pueden degenerar, ocasionalmente, en enfrentamientos violentos». En el mismo sentido se expresa Chantal Mouffe cuando afirma que el «centrismo», al impedir la distinción entre izquierda y derecha, socava «la creación de identidades colectivas en torno a posturas claramente diferenciadas, así como la posibilidad de escoger entre auténticas alternativas». Y concluye esta autora: «Si este marco no existe o se ve desdibujado, el proceso de transformación del antagonismo en agonismo es entorpecido, y eso puede tener graves consecuencias para la democracia». Desde la perspectiva de Thomas Sowell, el «centro» es una «visión» híbrida o incongruente”.

Frente al miedo valores políticos

 

El valor no es la ausencia del miedo, es la conquista de este.

 

Si al miedo no lo mitigamos con un relato político que infunde valor a los electores no tendrás recorrido político a medio plazo. La derecha española se ha pasado décadas acomplejada por los valores de sus votantes y de su propia opción política, plegándose en muchas ocasiones a la izquierda.

El temor y el complejo, en estos tiempos, es síntoma de derrota, pues como decía Napoleón “Aquel que teme ser conquistado seguramente será derrotado”

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