«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
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Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.
Actor. Cine, teatro y televisión. Fue diputado en el Congreso de los Diputados y jefe de grupo en las Cortes Valencianas. Actualmente trabaja en 7NN. Dirige y presenta 'ConToni' los sábados por la noche.

Patrulla moral

2 de abril de 2023

Señalar está feo, nos decían. Y como este Gobierno es feo, señala. Apunta con su dedito a Ana Obregón. El presidente de Asturias hace lo mismo. Y a ellos se suman cargos intermedios y sabandijas habituales: léase Echenique, Rufián y compañía. El independentista catalán, que como está de campaña pide, ahora sí, más Policía, luz y cámaras de vigilancia en las calles, dice que si el «no compres, adopta» sirve para los animales, sirve para las personas. Adonde hemos llegado: aspiramos a los derechos caninos.

No falta alguna divulgadora científica –yo no señalaré civiles– que ya hizo un ridículo pandémico y que ahora atacaba a la artista –como Barbón, a este sí vale señalarlo– por salir del hospital en silla de ruedas. Ana cumplía un protocolo impuesto para proteger al bebé. Una criatura señalada nada más nacer, y en quien nadie parece estar pensando. Nos acostumbramos a que el poder ponga en la diana a cierto tipo de civiles. Sólo a cierto tipo, claro. 

La sororidad, el hermana yo sí te creo, la protección del menor, la salud mental, y el cuerpo es mío y hago con él lo que quiero va por barrios. Por barrios ideológicos. En la margen izquierda de España se acepta todo. Se reparten beneficios entre violadores. Ensalzan e indultan a delincuentes como Juana Rivas o María Sevilla, dos señoras que arruinaron la vida de hombres inocentes y de sus hijos. Ahí, todas son Juana y Juana está en sus casas. Se mira con simpatía que artistas gays se subroguen y traigan niños de dos en dos. Entonces no dicen ni mu. Pero… ¡ay si te apellidas Obregón! Estás en la margen derecha. Ni todas son Ana, ni Ana está en sus casas. Ana no llega ni a prima lejana. A estas alturas no vamos a extrañarnos de la falta absoluta de compasión de estos personajes que no paran de proclamar su falsa bondad. 

Siempre es el quien, no el qué. Y respecto al qué –y ahora me refiero al cuerpo–, pues depende. Es suyo para abortar. Para que un niño se hormone de por vida o se emascule. Para que el Estado te apague. Pero no lo es si pretendes cambiar sexo por dinero o gestar para otra persona, aunque sea de forma altruista o regulada. Al final, todos los cuerpos son sólo de unas cuantas hermanas. Ellas deciden por todas. Si tienes un problema moral frente al aborto, debes aguantarte, pero si las señoritas Rottenmeier lo tienen con la gestación subrogada, se acaba el cuento. 

Entre la patrulla moral y Escohotado no dudo. De la piel para dentro mando yo, decía el sabio. 

Patxi López no dejaba pasar la ocasión de sobreactuar de nuevo al recordar que los cuerpos de las mujeres ni se compran ni se alquilan. Que no son una vasija. No recuerdo a Patxi tan duro con Eguiguren, el mandamás del socialismo vasco, condenado por pegar a su mujer «con las manos, un paraguas y un zapato». Tampoco con los sociatas andaluces puteros. Por no hablar de los que tuvo al lado de cierto restaurante de Madrid. Coleccionistas de vasijas. 

Hay una fotito muy mona con Ciudadanos, UPYD, PP, PSOE y Podemos diciendo sí a la gestación subrogada. Parece que ha pasado un siglo. 

Se puede estar en contra de esta práctica, –yo estoy a favor–, y a la vez criticar la repugnante ostentación que ha hecho de nuevo la patrulla moral. Que apunta con el dedito para señalar el mal ajeno exhibiendo todo aquello de lo que carece.

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