'Ser es defenderse'
Ramiro de Maeztu
Pobreza pornográfica
Por Ramon Pi
22 de octubre de 2013

Las autoridades están muy eufóricas en estos últimos días. Dicen que ya se está notando que salimos de la crisis económica. El banquero señor Botín dice lo mismo, con una euforia aún mayor que la de las autoridades. La Bolsa no hace más que subir, las exportaciones van muy bien, el Estado se endeuda con más facilidad y a un coste inferior que hace unos meses, y el señor Botín y las autoridades aseguran que eso ocurre porque estamos saliendo de la crisis y los prestamistas se fían de que el Estado (en este caso, nosotros) podrá devolver la deuda. Pero a mí me parece, en cambio, que tanto las autoridades como el señor Botín deberían ser un poco más modestos en su exhibición de euforia, porque seguimos con cerca de seis millones de parados, continúa la sangría de empresas pequeñas y medianas que quiebran, y la morosidad sigue siendo alta, y si bajase no sería porque los deudores ya pagan, sino porque cada vez quedan menos deudores sin arruinarse del todo.

Si salimos en su día de la ruina, el hambre y la miseria de la posguerra civil, está claro que de esta crisis saldremos también; pero me parece bastante dudoso que eso ocurra con tiempo suficiente de que tenga efectos electorales. Saldremos adelante, desde luego, pero me temo que más tarde de que en las elecciones generales el Gobierno y su partido puedan recoger en forma de votos los frutos de la recuperación. Y eso será así porque el Gobierno ha elegido el camino más largo y doloroso, como ocurrió con la gran crisis de Estados Unidos, que tardó un decenio largo en superarse, pudiendo haberlo hecho en mucho menos tiempo, y eso con suerte gracias a la guerra que revitalizó la industria metalúrgica. Es posible que el Gobierno español de ahora no haya tenido más remedio: no voy a discutir eso. Pero en este momento lo cierto es que hay millones de compatriotas que al oír los aleluyas de las autoridades y del señor Botín juran en arameo.
¿Por qué el amargado pueblo español está tan escéptico? A mi entender, porque tiene demasiado cerca los días de vino y rosas de la opulencia. No es lo mismo ser pobre porque nunca se fue rico que serlo después de haber sido rico, del mismo modo que no es lo mismo una mujer desnuda que una mujer desnudada. Una mujer desnuda sugiere el arte; una mujer desnudada evoca la pornografía. Los españoles de la posguerra vivieron una pobreza artística, porque fue entonces cuando empezó a surgir una sólida clase media; pero ahora lo que ocurre es que la clase media se está desmoronando, y nuestra pobreza es una pobreza pornográfica. El arte estimula, enaltece y sosiega; la pornografía envilece, degrada y corrompe. Hicimos un ídolo con la prosperidad material, y ahora descubrimos que era mentira.

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