¿Se imaginan ustedes a un presunto violador vitoreado a las puertas de un juzgado minutos antes de declarar tras ser citado?
No, Arturo Mas, no tiene que presentarse en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por colocar unas cajas de cartón un día cualquiera, por mucho que se empeñen en hacernos creer los medios de comunicación.
El español Arturo Mas, tal y como aparecía en el Registro Civil hasta el año 2000, responde a una imputación por desobediencia grave, prevaricación administrativa, malversación y usurpación de funciones en el circo del 9-N.
Acosar a la justicia no es algo nuevo en nuestro país de pandereta. En numerosas ocasiones hemos podido disfrutar de situaciones rocambolescas en las inmediaciones de las sedes judiciales. La figura del patriarca de un clan gitano amparado por su numerosa familia se ha visto reflejada en el montaje orquestado por Mas, Ortega y Rigau con la protección de la desaparecida Convergencia, la extrema izquierda radical de ERC y el perroflautismo adinerado de la CUP.
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La coacción no ha acabado en los juzgados. Los funcionarios catalanes, fichados por la inteligencia soberanista, se han visto obligados a solicitar días de asuntos propios para no quedar marcados por la nueva Gestapo naZionalista al servicio de Puigdemont.
Igualmente, Dolores Agenjo, directora del instituto Pedraforca de l’Hospitalet, que no quiso entregar las llaves para participar en la farsa de la consulta, ha denunciado presiones de la Generalitat en la figura de Llobet, directora de los servicios territoriales de Enseyament en Barcelona comarca. Agenjo, acusada de cumplir con su obligación, es hoy una apestada dentro de la manipulada administración catalana.
Los independentistas piensan que están por encima del bien y el mal. En España, con mil defectos, la justicia es la encargada de decidir quién vulnera la ley.
Resulta llamativo el apoyo explícito de Unidos Podemos a los representantes de la derecha rancia catalana y la tibieza de un PSOE que navega a la deriva en toda España.
Mientras tanto, la Guardia Civil ha realizado una nueva operación contra la trama de financiación ilegal del 3% del Partido Demócrata de Catalunya que se ha cerrado con 18 detenidos.
No se confundan, Arturo Mas no es un mártir independentista, Arturo Mas es “el Protegido” por la cobardía de un pueblo. Una ciudadanía que guarda silencio cómplice ante la corrupción soberanista que saquea y ha saqueado a la región durante décadas, amparados por la bandera estelada que un triste día plagió un viajero desequilibrado.