«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Un rey para fuera; un rey para dentro

6 de junio de 2014

Será en el discurso que pronuncie en la ceremonia de su coronación donde Felipe VI expondrá las líneas maestras que guiarán su reinado, pero ya hay algunos detalles del protocolo de la proclamación y de los primeros pasos que dará como rey que permiten esbozar, al menos, dos intenciones.

En un encuentro con periodistas celebrado este jueves, los portavoces de la Zarzuela anunciaron que no está previsto que se celebre una misa en la ceremonia de entronización ni que a ella asistan mandatarios extranjeros. También explicaron que el Príncipe y su esposa dedicarán los meses de julio y agosto a viajar por España (tienen también algún compromiso en el extranjero marcado en su agenda).

Así que el Don Felipe no quiere catedral ni arzobispo en su coronación ni tampoco autoridades extranjeras. Dice bastante de por dónde va a caminar: que dejará a su padre la tarea internacional que durante años ha sido su mejor defensa ante las críticas de sus desafectos en España y que él se centrará en la tarea de ‘hacer monarquía y hacer país’ en las 17 autonomía, dos ciudades autónomas, 50 provincias y 8.116 municipios que conforman la complicada organización territorial de este Estado nuestro. Y que de las relaciones con la Iglesia mejor se ocupe también su padre o su madre, que él y su mujer son muy modernos, muy ‘chicos de su tiempo’, como para andar con la ‘caspa católica’ en un Estado aconfesional en el que hay que escenificar la separación Iglesia-Estado siempre que se pueda.

 

 

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