España está saliendo de la crisis. Los mismos que hace seis, cinco y cuatro años nos llamaban “antipatriotas” ahora nos llaman “pelotas”. Este es el país en el que vivimos, en donde todo tiene una vertiente política y un rédito medido en dogmatismos y demagogia. Efectivamente, España está saliendo de la crisis económica, la peor que se recuerda desde la entrada en Democracia. Casi cuatro décadas sin crisis de esta naturaleza dan para mucho, como por ejemplo para el fin de un modelo y el nacimiento de otro.
Y ante esto estamos. En España, con un esfuerzo sobrehumano de los españoles contribuyentes a las arcas del estado, hemos logrado cambiar el modelo de mercado productivo. Pese al incremento de los impuestos (cuyo esfuerzo fiscal medido por individuo está entre los más altos de la UE), pese al incremento de los costes energéticos ( un 70% desde el 2008), pese a la destrucción masiva de empleo (prácticamente cuatro millones de empleados menos), pese a la quiebra de la mitad del sistema financiero (saneado con cargo a nuestro déficit público), pese al mamouth que aún es la Administración pública… pese a todo estamos saliendo de la crisis.
Y estamos saliendo porque hemos sido capaces de desendeudarnos en los últimos veinte y cuatro meses del orden de 350.000 millones de euros. Ningún pais de nuestro entorno, nunca había hecho un esfuerzo de ahorro y de amortización de deuda privada tan importante. Y estamos saliendo, porque nuestras empresas pequeñas, medianas y grandes tractoras han descubierto el mundo. Efectivamente hay vida al otro lado de nuestras fronteras. Y estamos saliendo porque hemos aceptado un cambio en el mercado laboral, dirigido a flexibilizar más nuestros contratos, nuestras relaciones laborales, a ser más productivos y responsables de nuestras responsabilidades. Nosotros los trabajadores y los empresarios. En España estamos saliendo porque hay miles de personas que se levantan cada mañana para ir a trabajar, para reinventarse, o para hacer mejor lo que hasta ahora simplemente “hacían”.
Esta obsesión de algunos de querer explicar que todo va mal, se les caerá encima, como se les cayó la no crisis y la quiebra de España a la que nos llevaron. Y no hablo solo de responsables políticos, hablo de economistas e influyentes notables de la sociedad mas cercanos a posiciones ideológico-partidistas que a transmitir un mensaje sincero de lo que está pasando.
Y lo que está pasando es que hemos tocado suelo en la destrucción de empleo, hemos tocado suelo en las tensiones macroeconómicas que se traducen en crecimiento positivo del PIB. Hemos tocado suelo en costes de la financiación de nuestra deuda (pública y privada), hemos tocado suelo en lo “mollar” la confianza internacional, esos peligrosos “ tiburones-especuladores de mercado” ya vuelven a ser inversores, con lo que queda claro que la semántica, también importa.Quedan cosas por hacer, como el marco que permita la creación de empleo sostenible, la reducción de las administraciones públicas y control del déficit. Pero lo peor, digan lo que digan, y salvo tragedia mundial que nadie espera, ha pasado ya.