La escenificación ha sido perfecta. De un lado los errejonistas, tipos y tipas «moderados y moderadas» que pretenden dar a Podemos un aire de socialdemocracia nórdica que cale hondo entre el electorado más tolerante de izquierdas. El leninismo amable de Errejón reflejado en su alternativa podemita.
De otro los pablistas, más radicales, leninistas puritanos. Políticos que buscan acercarse al votante más radical. Herederos del comunismo rancio de la sacrificada Izquierda Unida.
La tercera vía, los anticapitalistas, la corriente que vende muy bien entre los logseros enganchados a las videoconsolas y a las Redes Sociales. Una opción tan residual como utópica.
El verdadero objetivo del cónclave de Vistalegre es sencillo y cristalino, llamar la atención entre la ciudadanía para volver a tener portadas.
Después del varapalo del 26J, con la pérdida de un millón de votos, y con unas encuestas que no acaban de confirmar el enésimo sorpasso al PSOE, la necesidad de publicidad y minutos en los medios de comunicación (lo de la Sexta y otros medios afines a los de Iglesias no cuenta) se ha convertido en imperiosa.
Teatralizar un desencuentro entre las diferentes corrientes alternas de Podemos obedece a un libreto perfectamente guionizado en las cloacas moradas.
Una vez resueltas las controversias, con una votación que supone un guiño al macho alfa de la manada y un tirón de orejas al candidato díscolo, Iglesias considera a Errejón un valor fundamental en Podemos, y éste habla del mesías podemita como el líder necesario y esperado en la formación. El desenlace perfecto.
La actuación de secundarios de lujo como Monedero y Echenique, solo ha servido para aumentar la tensión en los minutos de Prime Time en las diferentes televisiones.
No se preocupen, Errejón no se marchará al PSOE ni tiene en mente la fundación de un nuevo partido. Y no, Iglesias no abandonará la política tras su victoria en Vistalegre II.
Si leemos editoriales y escuchamos los informativos sobre la convención neocomunista del pasado fin de semana, concluiremos que Podemos sale muy reforzado de su congreso entre gritos de Unidad y Humildad. Señores, ha ganado la auténtica democracia, la del pueblo.
La actuación de la compañía podemita ha sido magistral.
¡The Show Must Go On!
