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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Una joyita

16 de junio de 2024

En una reciente entrevista en el diario El País, podía leerse el siguiente titular: «El barrio de Salamanca ha perdido la esencia, hay demasiados turistas que no son ni muy exigentes ni muy inspiradores».

Eran palabras del joyero Chus Burés, que no es solo joyero (si no, no saldría en El País) sino «orfebre» o sencillamente «creador». Una figura que admite las palabras «Almodóvar», «underground», «irreverente» y «Nueva York», alguien cool, alguien guay. El titular estaba sobre una foto artística en la que el diseñador de joyas posaba haciendo visajes, gestos, como un celebriti de Joaquín Reyes.

Por eso el titular chisporroteaba de alguna forma, porque contenía un porcentaje de ¿rechazo? Sobre un territorio o espacio de aquí (el barrio de Salamanca) la llegada de personas de fuera (los turistas) provocan un efecto indeseado resumido en no ser «ni muy exigentes ni muy inspiradores», podríamos entender que un empobrecimiento cultural, artístico, comercial, imaginativo o visual.

Lo corrosivo del titular, bajo su normalidad, estaba en otra cosa, ni siquiera en eso. Hay ‘aliens’, hay un sitio, un barrio (aunque sea el de Salamanca) y hay un perjuicio (intangible en este caso) que provocaba una pérdida de «esencia».

Esos turistas empobrecen el lugar porque lo alteran a peor con su solo ser, con su forma de ser, con algo que ni siquiera hacen, sino con lo que son inevitablemente.

Este titular, en realidad, era una bomba. ¿Y si no lo dijera el joyero-creador Chus Burés desde un gran piso del barrio de Salamanca sino un simple comerciante con (pongamos joyas y bisutería) en un barrio más normalito de Madrid? El titular sería imposible y sólo podría leerse (y con muchas salvedades) si se justificara con la violencia o, de un modo abstracto, «el incremento de la criminalidad». Pero nunca, jamás, se podría decir que unas personas de fuera, por su solo modo de ser, empeoran un lugar y no solo lo empeoran, sino que le hacen perder su «esencia».

Yo daría el premio al titular xenófobo del año a esta joya, joyita, esta otra joya de Chus Burés al que no critico en absoluto. Es más, le reconozco la condición plena de artista en tanto revelador de realidades. Con su mágico buril ha hecho como una diminuta y delicada joyita de xenofobia esencialista (¡un osito de Tous que nos enseña que en cualquier cosa puede latir un pequeñísimo y duro corazón de rechazo plateado!).

La protección del ser íntimo de un lugar por rechazo a la naturaleza distinta, ajena y poco enriquecedora de otros que vienen de fuera sólo es posible: 1) En el diario El País, 2) referido a turistas, 3) en barrios de dinero.

En cierto modo, es un privilegio no solo de clase sino de condición (puede el artista, el moderno, ¡el que ha trabajado con Almodóvar!) y, por supuesto, en el diario El País o algún otro órgano de la oficialidad de cuyas buenas intenciones no podamos dudar.

Y si no, hagan la prueba. Transcribamos este titular ligeramente modificado: «España ha perdido la esencia, hay demasiados X (a rellenar por el lector) que no son ni muy exigentes ni muy inspiradores». Ni Blas Piñar.

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