El congreso de un partido es la celebración del trabajo previo. Laminados los rebeldes —Lobato y dos más—, colocados los fieles y asegurados los apoyos al líder, se reúne al personal para que levante cartulinas de manera ordenada y obediente. La convención sociata era un homenaje a los corruptos, a quienes se recibía como a héroes. Sánchez, con toda la familia imputada, entra en escena como una estrella del rock. Hace falta estar hecho de otra pasta para mantener a toda esa panda en sus cargos a pesar de la que les está cayendo.
La falta de escrúpulos, unos votantes cautivos y esos socios a los que poco importa la corrupción hacen el resto. Imagina lo que pensará el terrorista Otegi de los negocios de Ábalos. O Yolanda la feminista; que puso a Errejón de portavoz en el congreso sabiendo de qué pasta está hecho. O los golpistas y chorizos de Junts y ERC, los recoge nueces… Begoña entró aclamada como una heroína. Las Charos aplaudían su modelo de mujer: da clases sobre cómo recaudar dinero, tiene quince cuentas y sólo cuarenta euros de saldo. Y yo, infeliz, preocupado cuando la mía está justita de fondos por si me devuelven un recibo. Qué fácil es la vida sociata.
¿El problema de la vivienda? Que le pregunten a Ábalos, al que le ponían un piso en la castellana, o un chaletazo pegado a un puticlú. ¡Se lo ponían también a su pilingui! Los ministros gozan de una vivienda pública de tropecientos metros cuadrados en Madrid. ¿Falta de liquidez? Viajaban con fajos de quinientos euros, para pagar hoteles, masajes y champán. Y el partido no dice ni pío. ¿Presión fiscal? Que le pregunten al hermanísimo, asesorado por hacienda. A un deportista o un youtuber andorrano le rastrean el móvil para contar los días que pasa en España y le afean su conducta. ¡Al hermanísimo le asesora hacienda para ahorrar en el pago de impuestos! ¿Precariedad laboral? Son miles de personajillos que, como José Zaragoza, llevan más años que Franco en los gobiernos.
La nueva esperanza madrileña, Óscar López, hará campaña sin soltar su puesto de ministro. ¿Incorporación de la mujer en el trabajo? Marisú daba palmas con las orejas, como Teresa Ribera, premiada en Europa, y principal responsable de la catástrofe que vivimos en Valencia. O Margarita Robles, que dejó al fin de reñirnos para echarse unas risas con los compañeros. Tardó una semana en desplegar a cuatro gatos. ¡Ay, el día que nos invadan! A Isabel Rodriguez se le escapó un deseo: «Cuando acabemos con la derecha…». ¿Rehabilitación, problemas con la justicia? A Griñán y Chaves, responsables del mayor caso de corrupción de la democracia, se les hizo la ola. Una pobre Charo se levanta y pide debate interno sobre la gestión.
A la gente le faltó descojonarse. Sí, sí, bonita, tomamos nota. ¡Siguiente! ¿Desde cuando una reunión de esas se hace para hablar de política? Que sepamos, el único avance ideológico del congreso fue quitar una Q y el + de ciertas siglas. El congreso es una cuestión de reparto. Ante una situación tan crítica como la que está sufriendo el gobierno, uno esperaría al menos una intervención crítica, aunque sea para disimular. Pero nada. Un páramo. El PSOE parece Corea del Norte. Por desgracia, socialistas no podemos ser todos. Para protagonizar el sueño de la izquierda y vivir del cuento es necesario que la otra mitad de España se deslome y pague cada vez más impuestos. Sólo así funciona su fórmula: el parasitismo.