«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
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Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios
Enrique García-Máiquez (Murcia, pero Puerto de Santa María, 1969). Poeta, columnista y ensayista. Sus últimos libros son 'Verbigracia', (2022) poesía completa hasta la fecha; y 'Gracia de Cristo' (2023), un ensayo sobre el sentido del humor de Jesús en los Evangelios

Ya lo dije

19 de mayo de 2023

Lo siento por la impertinencia, pero yo ya lo dije. Expliqué la inexplicable torpeza que cometía el PP al comprarle a la izquierda la mercancía averiada de que Vox adolecía de legitimidad democrática. Alberto Núñez Feijóo ha hecho todos los mohines del mundo contra cualquier posible pacto. Bendodo jugó a equipar a Vox con Bildu, etc. Esas maniobras de desprestigio tienen un inevitable efecto bumerán. Pensaban que con eso ocupaban todo el campo de la derecha, empezando a contar desde el centro izquierda. Ya les dije yo que no.

Y desglosé todas las razones, que aquí no vamos a repetir. Me voy a quedar con la más gorda, que es la que está de rabiosa actualidad.

Ahora Bildu, aliado indispensable de Pedro Sánchez en todos sus planes actuales de gobierno y proyectos de futuro, ha presentado a más de cuarenta terroristas en sus listas municipales. Vacilando al PSOE, ofendiendo a las víctimas, humillando al sistema jurídico español y demostrando quién manda: Bildu. Cuando el PSOE se ha quejado tímidamente han dicho que los terroristas con delitos de sangre no recogerán sus actas de concejales. Ya, pero en las listas van, y sí recogerán las nueces, digo los votos; y siguen yendo los otros terroristas que no mataron directamente, pero trabajaron para que remataran otros, y más aún irán todos los que los jalearon y jamás pidieron perdón y aún piensan que el terrorismo les fue muy bien (como a la vista está). Y el PSOE que puso sus muertos entonces, ahora los defiende y los excusa, sin más que un gestito menor de disgusto hipócrita.

Si pueden hacerlo es porque les han regalado el comodín de Vox. Aunque a nosotros, lectores de La Gaceta la cosa nos parezca tan abracadabrante como lo es, en realidad, hay muchos españoles de muchos partidos que compran está mercancía intelectualmente impresentable y moralmente podrida. El PP y sus terminales mediáticas le han abonado el campo al PSOE para que justifique su pacto con Bildu. Si jamás se hubiesen permitido las equidistancias con Vox, los desdenes, los insultos, las caras de superioridad y los gestos de asco, ahora nadie aceptaría ningún trampantojo de simetría política que avale la inmensa indignidad de pactar con Otegui. 

Todavía hay más: el blanqueamiento de Bildu será completo cuando después de las elecciones los de Feijóo tengan que sentarse con los de Abascal a negociar ayuntamientos y comunidades autónomas. Cada vez que Feijóo ofrece un pacto al PSOE (que gobierne la lista más votada o que gobierne con el PP para que no tenga que pactar con Bildu) como evidente maniobra para no pactar él con Vox le regala la autoridad moral a Pedro Sánchez. Que, por supuesto, prefiere seguir así. Con Feijóo deslegitimándose solo.

Yo ya dije al PP que le convenía mucho normalizar a Vox, que, para colmo, es un partido normal, que cumple la legalidad vigente y que, si quiere reformar algo, propone hacerlo según los cauces constitucionales. Eso le convenía al PP, que así habría delimitado mejor su figura de partido de centro, como sueña; pero, sobre todo, le habría venido muy bien a España, que ahora podría contemplar con los ojos abiertos la ofensa y la indignidad de las listas de Bildu. Por supuesto, no pretendo equiparar la irresponsabilidad del PP con la responsabilidad de lesa democracia del PSOE. Pero haber ofrecido a los filoterroristas y a los blanqueadores profesionales la más mínima excusa mediática y un argumento retórico les debería hacer recapacitar.

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