El Papa León XIV mostró su preocupación por el problema de la inmigración ilegal cuando aún era cardenal. El 7 de agosto de 2024, se refirió al asunto en una homilía en la que destacó la necesidad de tratar a los inmigrantes con dignidad y respeto, recordando que todos los seres humanos comparten una misma dignidad al haber sido creados a imagen y semejanza de Dios.
Durante su intervención, entonces como cardenal Robert Prevost, subrayó que tanto las lecturas del día como el Evangelio enviaban un mensaje claro que el propio Papa Francisco había reiterado en numerosas ocasiones. Recordó en particular la primera visita del pontífice argentino tras su elección, cuando viajó a la isla italiana de Lampedusa, uno de los principales puntos de entrada de inmigrantes ilegales en Europa.
«Es un gran problema, y es un problema mundial, no solo de este país. Y siguen llegando», señaló Prevost en referencia a la crisis migratoria. En su homilía, insistió en que no basta con buscar soluciones políticas o logísticas, sino que es imprescindible abordar la cuestión desde la perspectiva del respeto humano.
«Cada uno de nosotros, haya nacido en los Estados Unidos o en el Polo Norte, hemos recibido el don de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios», afirmó. Para el actual Papa, olvidar esa verdad esencial equivale a perder de vista nuestra propia identidad y el llamado que Cristo dirige a todos los creyentes.
La homilía de Prevost se inscribía en una línea de pensamiento coherente con la postura del Papa Francisco sobre la inmigración: una combinación de firmeza en la denuncia de las injusticias y un llamado constante a la compasión y la hospitalidad. Desde su elección como pontífice, León XIV ha mantenido esta línea, dando continuidad a esa preocupación moral y pastoral por el trato que reciben los más vulnerables en las fronteras del mundo.
