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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Apología del Mercosur

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BUENOS AIRES.- Los festejos del Bicentenario de la Independencia 1816-2016 y la última gira europea del presidente Mauricio Macri para destrabar las relaciones UE-Mercosur nos brindan la oportunidad propicia para recordar algunos conceptos geopolíticos que nuestros funcionarios no deben olvidar.

El Acta de la Independencia del 9/7/1816 es muy clara. Está firmada por ‘los Representantes de las Provincias Unidas de Sudamérica’. No debe ser ignorada como un documento pasado de moda. Nos indica la vocación sudamericanista de nuestro país frente a otros proyectos de integración regional.

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América del Sur, Sud América o Suramérica, además de ser un espacio geográfico es el único paradigma de integración concebido por nuestros emancipadores. 

¿Cómo empieza el Mercosur? La Declaración de Foz de Iguazú en 11/1985 y el Acta de Integración Argentino-Brasileña firmada en 7/1986 por los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney, fueron el punto de partida. El Mercado Común del Sur (Mercosur) comienza con la firma del Tratado de Asunción en 3/1991 por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

El Mercosur puso fin a décadas de rivalidad y desconfianza entre brasileños y argentinos. Desde su fundación ha sido el espacio de integración más exitoso del continente por que se ha desarrollado en un ambiente de paz y democracia.

El Mercado Común del Sur no es un proyecto de los planificadores de la ONU de posguerra como la ALALC (1960) y la ALADI (1980). El ALCA (1994), la CELAC (2011) y la Alianza del Pacífico (2011) también son fruto de un pensamiento exógeno de planificación. El Mercosur es un proceso de integración regional autóctono. 

La fotografía resume un pensamiento. La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner emocionada frente al mausoleo del usurpador universal Napoleón Bonaparte. Fue precisamente su sobrino, el príncipe presidente Luis-Napoleón o Napoleón III, el creador de América Latina. Recordemos que el gran Napoleón terminó derrotado y preso, al igual que su sobrino emperador. Napoleón III finalmente buscó refugio en Inglaterra en 3/1871.

Latinoamérica es una creación napoleónica. Un proyecto imperialista ideado en París para beneficiar la expansión y el tutelaje francés en la América meridional. Todavía hay funcionarios políticos que desconocen este capítulo de la Historia (leer más).

América Latina también es un concepto cultural que se refiere exclusivamente al Lacio (Latium). Es decir, a la cultura romana preponderando sobre todas las demás. Latinoamérica es una terminología excluyente desde el punto de vista cultural.

Cada vez que pronunciamos la palabra Latinoamérica estamos prefiriendo los ideales de Napoleón III frente a los de Moreno, San Martín, Bolívar, Alvear, Miranda, Sucre, Artigas, Belgrano, Rosas, Mitre, Sarmiento, Solano López, Vargas, Murillo, Martí, y otros. 

El gran error del kirchnerismo en política exterior es no haber sabido distinguir entre un proyecto autóctono y otro pensado desde los intereses extranjeros.

La ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual impulsada por el kirchnerista Gabriel Mariotto nos impone una visión panlatina del mundo. Condiciona a la población argentina en sus artículos 3º (b) y 121º (g,h) a adoptar la identidad latinoamericana, reemplazando las legítimas que habitan la región ¿Por qué?

Cristina Kirchner menospreció las Cumbres Iberoamericanas en las que siempre se había alentado al Mercosur como un proyecto autóctono. También impuso barreras a las importaciones afectando el comercio con nuestros vecinos.

Su falta de equilibrio en las relaciones con la Venezuela chavista ha generado grandes tensiones en el bloque. La entrada de Venezuela y la suspensión del Paraguay en 2012, marcaron el declive del Mercosur.

El presidente Mauricio Macri también pone en riesgo el Mercosur impulsando su flexibilización mediante acuerdos bilaterales con terceros países y bloques. También pondera la Alianza del Pacífico inspirada en el Consenso de Washington.

¿Cuáles son los motivos de la crisis por la que atraviesa el Mercosur? Las condiciones macroeconómicas de la última década han influido. Pero el problema real es la pérdida del foco de integración y la falta de constancia de nuestros líderes en la consecución de objetivos.

El Mercosur es un proceso incompleto. Todavía no se ha logrado establecer un área de libre comercio para nuestros países. Un espacio económico integrado que sea la fuerza real del bloque para negociar con otras potencias y regiones. 

La falta de credibilidad o motivación tienen un componente externo que nos llega a través de los medios de comunicación internacionales. Se subestima al Mercosur y al sudamericano en general. Se pretende instalar la idea de que es algo de menor importancia frente a otros proyectos de integración. Con ese pensamiento exógeno se perturba al Mercosur para que no llegue a consolidarse.

Se pueden hacer excelentes negocios con la Unión Europea, Gran Bretaña, EE.UU., México, Rusia, China y todos los países del mundo, sin renunciar a los objetivos de la emancipación americana ni tampoco a nuestras identidades culturales. 

Los líderes sudamericanos deben superar las diferencias ideológicas pensando en conjunto. El Mercosur es independencia y dignidad. La misma de nuestros emancipadores que algunos pretenden descalificar. MGB 11/8/2016.

Foto. Cristina Fernández de Kirchner en un homenaje a Napoleón Bonaparte en el Palacio Nacional de los Inválidos (París, 18/3/2014).

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