«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El asesinato de Manuel Dorrego

Fue instigado por el masón Salvador María del Carril en dos cartas dirigidas al general Juan Galo de Lavalle en diciembre de 1828.

Malicia magistral, documentos dignos del estudio psicológico. Las cartas más infames de la Historia Argentina. Manuel Dorrego (Buenos Aires, 1787 – Navarro, Pcia. Bs. As., 13/12/1828), víctima ilustre de las disensiones civiles.

En el título utilizamos la palabra ‘asesinato’ por que así fue publicado el suceso en Londres por el ministro plenipotenciario Manuel Moreno en el folleto: “Late Military Revolution in Buenos Aires and Assassination of Gobernador Dorrego being the translation of an Exposition, addressed to the United Provinces of the River Plate by Citizen Dr. Manuel Moreno, Envoy extraordinary and Minister Plenipotentiary of the Argentine Republic Near H.B.M., in Answer to attacks, published in the Buenos Ayres Journals, called the Tiempo and Pampero. Accompanied by Ilustrative documents”. (Impreso por R. Greenlaw, 39, Chichester Place, Gray’s Inn Road. London, 1829).

/p>

Este capítulo de nuestra historia se conoce como el «Motín del 1º de diciembre de 1828» o «Revolución Unitaria de 1828», que culminó con el fusilamiento de Dorrego por orden del general Juan Lavalle en el pueblo de Navarro, 120 km. al sudoeste de la ciudad de Buenos Aires. La mancha más negra en la historia de los argentinos. Pueden leerse las famosas cartas de Salvador María del Carril a través del siguiente enlace (leer cartas).

Reproducimos sólo algunas palabras del masón que dejan al descubierto la vileza de su espíritu. Dorrego había sido apresado por los amotinados o revolucionarios. Es entonces cuando Salvador Maria del Carril le escribe a Lavalle: «En tal caso, la ley es –que una revolución es un juego de azar, en el que se gana hasta la vida de los vencidos cuando se cree necesario disponer de ella. Haciendo la aplicación de este principio de una evidencia práctica la cuestión me parece de fácil resolución. Si Ud., general, la aborda así, a sangre fría, la decide; sino, yo habré importunado a Ud.; habré escrito inútilmente, y lo que es mas sensible, habrá Ud. perdido la ocasión de cortar la primera cabeza a la hidra y no cortará Ud. las restantes- ¿entonces, que gloria puede recogerse en este campo desolado por estas fieras?… Nada queda en la República para un hombre de corazón» (Salvador María del Carril, 12/12/1828)

En esos días también el periodista Juan Cruz Varela le remitió a Lavalle otra carta del mismo tono con iguales intenciones.

Uno de los motivos principales del odio hacia Dorrego se debía a la actitud de querer investigar o esclarecer la administración del presidente Bernardino Rivadavia. El sanjuanino Salvador María del Carril (San Juan, Arg., 1798 – Bs. Aires, 1883) había sido Ministro de Hacienda durante ese gobierno. 

Rivadavia renunció el 28/6//1827 y el doctor Vicente López y Planes es elegido Presidente Provisional. El sistema institucional se retrotrae a la época anterior a las reformas introducidas por el Partido Unitario, desapareciendo la figura de Presidente.

A las pocas semanas, con amplio consenso se eleva Manuel Dorrego, adalid del Partido Federal, al cargo de Gobernador y Capitán General de la Provincia de Buenos Aires. La elección tuvo lugar el 12/8/1827, obteniendo 31 votos sobre los 35 que formaban la Sala de Representantes. Inmediatamente Dorrego designa a Manuel Moreno como Ministro Secretario del Departamento de Gobierno. 

El Mensaje a la Legislatura del 14 de setiembre de 1827 denunciando la fraudulenta administración de Rivadavia enfureció a los unitarios. Un discurso redactado por Manuel Moreno. Su pluma es implacable. Bien asesorado en materia económica, demuestra en forma clara y concisa la responsabilidad de Rivadavia en el fraude financiero. Pone luz por vez primera sobre los contratos con empresarios británicos y operaciones fuera de la ley: «han intentado revestir con el ropaje de transacciones del Estado, las especulaciones y el fraude» (14/9/1827), dice el discurso. 

Efectivamente así fue. Habían constituido dos sociedades: La River Plate Mining Association y la River Plate Agricultural Association. Rivadavia formó parte del directorio de Londres con una remuneración anual de mil doscientas libras esterlinas (*) siendo funcionario del Estado. El Mensaje a la Legislatura condena al ex Presidente: «la conducta escandalosa de un hombre público del país que prepara esta especulación, se enrola en ella; y es tildado de dividir su precio; nos causa un amargo pesar, más pérdidas que reparar en nuestro crédito» (14/9/1827).

La administración de Rivadavia había fijado por decreto  el  curso  forzoso  del  papel  moneda. El 22/9/1827 el gobierno de Dorrego suspendió el pago de los intereses del empréstito de la Casa Baring Brothers y se opuso a emitir papel para poder enviar oro a Inglaterra. Las finanzas del Estado a merced de un grupo de comerciantes británicos que controlaban el Banco creado por Rivadavia. La mayoría eran masones (**). Varios de ellos habían llegado durante las Invasiones Inglesas en 1807 detrás de las tropas de Sir Samuel Auchmuty para ganar posiciones en el mercado del Plata.

¿Quienes eran? El poderoso James Brittain, los aventureros John y William Parish Robertson, Daniel Mackinlay, George Dickson, John Bayley, William Cartwright, Robert Montgomery, Joseph Thwaites, Thomas Fair, James Barton, Hugh Dallas, Thomas Armstrong, William Hardisty, John Harratt, William Orr, Spenser Weller, Peter Sheridan, Thomas Duguid, Thomas Whitfield, James Wilde, Daniel Gowland y otros.

El Banco Nacional que había sido fundado sobre la base del Banco de Descuentos de la Provincia de Buenos Aires fue disuelto por el gobernador Juan Manuel de Rosas el 30/5/1836. En uno de sus discursos dice el gobernador Rosas: 

«El Banco Nacional, señores, ya no existe. Esta institución tan prematura ha desaparecido después de haber contaminado á la provincia y dejado en pos de sí rastros profundos de su aciaga existencia. Creado en los momentos de triunfo de la facción unitaria, se organizó como para ayudarle á imponer su pesado yugo á la República. El capital con que se levantó, fue todo una ficción, y desde los primeros momentos de su giro sus billetes tuvieron carácter de papel moneda (…) De este modo las asambleas de accionistas, que se reunían para declarar el dividendo, eran una verdadera fiesta, en que hicieron el gasto los tres millones de pesos producidos por el empréstito de Londres y que entraron como capital en acciones del mismo Banco» (Mensaje a la Legislatura del 1/1/1837)

Después de la muerte de Dorrego, el gobierno del general Juan Lavalle (Buenos Aires, 1797 – Jujuy, 1841) duró solo unos pocos meses. El unitario finalmente pactó con Juan Manuel de Rosas y se retiró al Uruguay. Desde allí le hizo la guerra a los federales con apoyo francés. El general José de San Martín se refirió a este tipo de actitudes: «lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer» (Carta de José de San Martín al gobernador Juan Manuel de Rosas del 10/7/1839)   

Lavalle murió vencido por el general uruguayo Manuel Oribe. Después de la Batalla de Famaillá (19/9/1841) huyó, falleciendo a los pocos días en Jujuy. 

Durante el periodo federal el logista Salvador Maria del Carril se estableció en Uruguay y Brasil, desde donde conspiró contra el gobierno de Buenos Aires. Después de la traición de Urquiza llegó a ser vicepresidente de la Confederación Argentina en 1854-1860 y Ministro de la Corte Suprema de Justicia nombrado por el presidente Bartolomé Mitre. Nada nos sorprende si el mismo general Justo José de Urquiza, después de la Batalla de Caseros (1852) fue socio de los hermanos Lafone en negocios saladeriles. Los Lafone, principales impulsores de la intervención militar anglofrancesa de 1845 (leer más).

La escandalosa muerte de Dorrego fue el inicio de una espiral de violencia que duró varias décadas. Hasta el día de hoy es motivo de división entre los argentinos.

El revisionismo histórico rioplatense tiene más de cien años. Es una expresión de profundas raíces criollas que se opone al relato histórico formulado desde los intereses anglofranceses. Las verdades históricas del país, tarde o temprano serán conocidas en todo el mundo. MGB 29/1/2016.

Ilustración. Retratos del gobernador Manuel Dorrego, Salvador María del Carril (arr. izq.) y el general Juan Lavalle (ab. izq.)

(*) Cartas de Sud – América. John Parish Robertson y William Parish Robertson. Emecé Editores S. A. Buenos Aires, 1950. La verdad sobre la enfiteusis de Rivadavia. Emilio A. Coni. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Agronomía y Veterinaria. Buenos Aires, 1927.  (**) Excelsior. Primera logia de masones instalada en Buenos Aires aún en actividad.

 

TEMAS |
.
Fondo newsletter