«Yo he perdido el miedo a la enfermedad, ahora lo único que me da miedo es no tener dinero», asegura Pilar.
Pilar Ruiz fue diagnosticada hace tres años de un cáncer de estómago, tenía 36 años y una hija de 8 cuando su vida cambió radicalmente, pero entonces no pensaba que lo que le iba a dar más miedo en todo este proceso no iba a ser la enfermedad, sino las dificultades económicas que se derivaron de ella.
«Yo he perdido el miedo a la enfermedad, ahora lo único que me da miedo es no tener dinero», asegura Pilar durante la rueda de prensa de presentación del estudio del Observatorio de Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) sobre «el impacto económico del cáncer en las familias en España».
Pilar ilustra a la perfección algunos de los datos que arroja este informe, que destaca que cerca de 25.000 personas con cáncer se encuentran cada año en riesgo de exclusión social a causa de la enfermedad, lo que supone casi un tercio (el 27,7 %) del total de diagnósticos en la población activa en España en 2017.
Ella fue despedida de su trabajo estando de baja por la enfermedad y en la actualidad cobra tan solo 458 euros mensuales por una incapacidad total con los que tiene que hacer frente a los 300 euros mensuales que cuestan las vitaminas y complementos alimenticios que debe tomar y el sensor de la glucosa que le permite llevar una vida moderadamente normal.
A esos gastos se suman el alquiler de su vivienda, múltiples facturas y sacar adelante a una hija de 11 años.
«Yo nunca le había dado importancia al dinero y ahora mi vida esté centrada en él», lamenta Pilar, que reconoce que sin la ayuda de su familia, en especial de su madre, no podría salir adelante.
«Lo que más miedo me da es tener que decirle a mi madre: mamá, nos vamos a vivir contigo porque no podemos pagar el alquiler», a lo que su madre siempre responde: «No. Bastante te ha destrozado ya la vida esta enfermedad como para que además pierdas tu independencia».
Así que ahora Pilar es consciente de que necesita el dinero «para ser feliz».
El caso de Pilar es uno de los miles que existe en España como consecuencia de la situación de vulnerabilidad en la que quedan muchas de las familias afectadas por el cáncer.
Por eso, desde la AECC han reclamado al Gobierno un Plan de Protección Integral para las Familias con Cáncer que diseñe medidas concretas para afrontar esa situación de vulnerabilidad a partir de tres ejes.
Estos son: la identificación de las personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad económica, la elaboración de un protocolo de interacción entre la Seguridad Social y Sanidad y adaptar las medidas de incapacidad a la casuística del cáncer.
Estas medidas serán hoy trasladadas a la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, que participa junto a la Reina Letizia en la VII Edición del Foro Contra el Cáncer celebrado por la AECC.
«El objetivo es que nos ayuden a crear una protección que se adecúe a la situación de las personas con cáncer», resume la responsable de Trabajo Social de la AECC, Raquel del Castillo.
Y para que personas como Pilar puedan preocuparse más por su enfermedad que por llegar a final de mes.
Pilar ha recurrido ahora ante el Tribunal Supremo la denegación de la incapacidad laboral absoluta que le negó un juez al considerar que su cáncer de estómago y las numerosas secuelas que le han quedado no le impiden volver a trabajar.
La AECC recuerda que el cáncer es una de las patologías que requieren bajas laborales más largas.
Como ejemplo, el tumor de mama es la segunda causa de incapacidad temporal de más de doce meses, tan solo superada por la patología lumbar.