«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El católico y la cuestión estatal

Según el Magisterio perenne de la Santa Iglesia Católica expresado en boca del Papa Juan Pablo II

Posturas que debe tomar el católico coherente frente al panorama ideológico modernista respescto al cuestión estatal siguiendo la Doctrina Social de la Iglesia:

(Juan Pablo II):

Frente al capitalista liberal: Defensa de lo público y de los trabajadores.

«Así como en tiempos del viejo capitalismo el Estado tenía el deber de defender los derechos fundamentales del trabajo, así ahora con el nuevo capitalismo el Estado y la sociedad tienen el deber de defender los bienes colectivos que, entre otras cosas, constituyen el único marco dentro del cual es posible para cada uno conseguir legítimamente sus fines individuales»

Frente al socialista socialdemócrata: Defensa del principio de subsidiariedad y crítica del asistencialismo.

«En los últimos años ha tenido lugar una vasta ampliación de (intervencionismo), que ha llegado a constituir en cierto modo un Estado de índole nueva: el «Estado del bienestar». Esta evolución se ha dado en algunos Estados para responder de manera más adecuada a muchas necesidades y carencias tratando de remediar formas de pobreza y de privación indignas de la persona humana. No obstante, no han faltado excesos y abusos que, especialmente en los años más recientes, han provocado duras críticas a ese Estado del bienestar, calificado como «Estado asistencial». Deficiencias y abusos del mismo derivan de una inadecuada comprensión de los deberes propios del Estado. En este ámbito también debe ser respetado el principio de subsidiariedad. Una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común»

Frente a la crisis y contra ambos: Crítica a la corrupción que ensucia y estropea la viabilidad de lo público y crítica a la especulación financiera sin orden que tiraniza familias, gobiernos y distorsiona las estructuras económicas.

«La falta de seguridad, junto con la corrupción de los poderes públicos y la proliferación de fuentes impropias de enriquecimiento y de beneficios fáciles, basados en actividades ilegales o puramente especulativas, es uno de los obstáculos principales para el desarrollo y para el orden económico»

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