Si la libertad religiosa es un derecho fundamental y el Estado laico el único legítimo, 1964 años de Iglesia han sido la historia del error, la crueldad, y la injusticia más satánica posiblemente ejercida por una Iglesia y unos gobiernos temporales regidos bajo su autoridad, que más bien que inspirados por Espíritu Santo habrían sido inspirados por el mismo Lucifer. Ignorancia absoluta e iniquidad terrible habrían caracterizado a la Iglesia, que más que de Cristo, habría sido una vil impostora al servicio del mal… O eso… o ni la libertad religiosa es un derecho fundamental ni el Estado laico el único legítimo, y durante estos 50 años postconciliares a lo que hemos asistido es al asalto masónico y modernista a la Iglesia, como de hecho vinieron denunciando y condenando insistentemente desde hacía dos siglos los sucesivos Pontífices, incluso, siendo el mismo San Pío X un sustituto de última hora por un Papa que había sido elegido y era masón.