TendrĆa que fijarme mĆ”s en El PaĆs. EntiĆ©ndanme, por encima: no me pagan lo bastante como para profundizar en este mamotreto deliberadamente soporĆfero.
Pero hojearlo me deberĆa ser tarea diaria ineludible. Es el perfecto compendio del consenso progresista, la biblia del izquierdista que ha prosperado y envejecido sin ganar un gramo de sabidurĆa pero acumulando toneladas de prudencia.
Ya frecuenta mĆ”s las pĆ”ginas de Bolsa que las de Cultura y, como no le ha ido mal con su progresĆa de ocasión, no estĆ” para dictaduras del proletariado, nacionalizaciones bancarias ni, en general, nada que pueda alterar bruscamente su cómoda existencia. En una marcha del 15M se verĆa tan fuera de lugar como un pulpo en un garaje.
Pero en todo lo demÔs retiene esos mantras de la izquierda que, al final, no han reducido un Ôpice su confort y le han permitido seguir sintiéndose Dany el Rojo sin moverse del sillón de Becara.
Uno lee, si consigue orientarse entre tanta hojarasca y lugar comĆŗn, su editorial ‘A contracorriente’, en el que comenta la Ā«tendencia hacia la atomización parlamentaria se consolida frente a las mayorĆas absolutasĀ» y pensar, mutatis mutandis, que estĆ” leyendo un órgano conservador particularmente aburrido. SĆ, el malo es el PP, pero uno ve enseguida que se trata solo de sermonear al rival y recuperar poder, nada realmente revolucionario o siquiera novedoso. DesafĆo a cualquiera a que lea su sección de EconomĆa y encuentre algo claramente distinto a lo que pueda encontrarse en Expansión o El Economista.
Por eso es divertido repasar unas columnas de Opinión y unas tribunas que parecen resucitar las reliquias de un polvoriento pasado bolchevique. Uno de los botones que hace resurgir el viejo comecuras espaƱol es, naturalmente, la Iglesia. Ā”Ah, cuĆ”ntas gracias tendrĆan que dar a la Iglesia, que les sirve de coartada para que no se vea en lo que se han convertido!
Una madre de familia italiana ha escrito un libro lleno de sentido del humor y sensatez que ha publicado con el provocativo e irónico tĆtulo de ‘CĆ”sate y sĆ© sumisa’, y el Arzobispado de Granada ha lanzado su traducción espaƱola. ĀæSe los imaginan babeando de gusto, poniendo velas a Santa Transición por el favor recibido? Naturalmente, la izquierda es una fervorosa partidaria de la provocación. Decir de un autor o artista que es Ā«poco ortodoxoĀ», que Ā«supera tabĆŗesĀ» o Ā«transgrede las reglas establecidasĀ» es el mayor piropo que un crĆtico de progreso puede dedicarle, mucho mĆ”s que proclamar que su obra es bella o sublime. Pero se ve que se refieren a ortodoxias que pocos siguen, tabĆŗes mil veces superados y reglas distintas de las fĆ©rreas que ellos han impuesto a la mente colectiva.
La tribuna de que hablo, ‘Un arzobispo obsesivo’, empieza afeĆ”ndole al obispo MartĆnez de Granada su poca fidelidad a las palabras del Papa, algo que siempre ha preocupado muchĆsimo a El PaĆs, celoso de la lealtad de los prelados a la Sede Pontificia, como se sabe: Ā«Francisco Javier MartĆnez es un clĆ©rigo que insiste en algunas de las obsesiones que molestan al papa Francisco, como el sexo y el abortoĀ».
Entiendo lo que dijo el Papa, pero fue leerlo y prever que iba a suceder exactamente esto. Por supuesto, el Papa ha vuelto a hablar del aborto en su primera comunicación pastoral y seguirĆ” haciĆ©ndolo, y es ridĆculo pretender que MonseƱor MartĆnez este Ā«obsesionadoĀ» con estos asuntos, como puede comprobar quien se tome el trabajo -del que sĆ© inocente a la autora de la tribuna- de leer sus cartas pastorales.
Carlos Esteban