«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Las diferencias legales entre la violencia de género y doméstica

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Desde que en el año 2005 se promulgó la Ley de Violencia de Género, se estableció la diferencia entre la violencia que se ejerce hacia las mujeres heterosexuales, conocida como  violencia de género, y el resto de violencia contra otros miembros de la familia, llamada violencia doméstica. 

La violencia de género es todo acto de violencia física o psicológica que se ejerce contra una mujer por parte de un hombre que es, o ha sido, su pareja. En cambio, la violencia doméstica es toda aquella que se lleva a cabo dentro del ámbito familiar ya sea física o psicológica. Dentro de la violencia doméstica encontramos desde las agresiones que se pueden dar por parte de un padre a un hijo, a las que pueden ejercerse contra una persona mayor y, por supuesto también, la que se dirige contra hombres maltratados por sus mujeres. 

Existen varias diferencias respecto a las penas que se imponen dependiendo de si se trata de un delito de lesiones o maltrato de obra. Por una parte, las penas mínimas son de 3 meses por maltrato de obra, frente a los 6 por un delito de lesiones. En cambio, las penas máximas son las mismas. En cuanto a las amenazas o coacciones, la Ley de Violencia de Género las tacha de delito, frente a delito leve que se consideran si se juzgan por violencia doméstica. 

Resulta llamativo que un mismo delito tenga diferente pena si el agresor es un hombre que ejerce este tipo violencia hacia una mujer pareja o ex pareja  o si se produce hacia otra persona. 

Además de las diferencias en cuanto a las condenas, las víctimas de violencia de género cuentan con una serie de servicios específicos que las víctimas de violencia doméstica no tienen, como el teléfono 016, ayudas económicas o incluso beneficios a la hora de solicitar la custodia de los hijos en caso de divorcio.

A pesar de que los dos tipos de violencia suceden dentro del hogar, no todas las víctimas cuentan con la misma protección ni derechos ante la ley. Esto debería llevar a preguntarnos por qué y si no se debería hacer algo al respecto.

Como hemos dicho siempre, el hecho de proteger a unos no debe implicar la desprotección de otros.

Por Mercedes Patón, de Patón&Asociados

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