¿Pero de qué estamos hablando cuando hablamos de «derecho de las mujeres»?
Inmersos como estamos en la polémica (que no debate, pues éste comporta argumentos y estos brillan por su ausencia) sobre la ley del aborto, conviene no perder de vista el asunto del que hablamos. Más allá de retóricas huecas, de derechos y conciencias (en este apartado, pasará a los anales de lo abyecto el artículo de Mayor Zaragoza y Tamayo, que Josep Miró disecciona perfectamente en Forum Libertas), estamos ante una tétrica realidad: en 2012, último año del que disponemos de datos, 112.390 seres humanos han sido asesinados en el vientre materno en España. Casi 2 millones desde la primera ley del aborto, la de 1985. En la actualidad se produce un aborto cada 5 minutos, 13 cada hora y constituye la primera causa de mortalidad.
Tremendo. Devastador. ¿Y todavía nos quedan ganas de hablar de «derechos»?
Leo estos y otros datos en el informe que acaba de publicar el Instituto de Política Familiar. En el mismo informe, entre otros datos, me ha llamado la atención lo siguiente:
En 1991 se realizaron en España 41.910 abortos, en 2012 casi el triple.
Con todo, parece que la cifra de abortos en España se ha estabilizado: en 2011 ascendieron a 118.000. Ésta muy tenue disminución en 2012 se debe, en 2/3 partes, a la reducción del número de abortos entre las mujeres inmigrantes. O sea, que la ley Aído no ha conseguido su objetivo de reducir el número de abortos, pero la crisis y el regreso a sus países de origen de muchos emigrantes sí.
En 2008 el 45% de los abortos eran de españolas, en 2012 ya son un 62%. Lo que era un fenómeno mayoritariamente «emigrante» se ha convertido claramente en un fenómeno español. Las españolas abortan un 150% más que hace 20 años y un 50% más que hace 10 años.
España es realmente un lugar peligroso para los niños no nacidos: en 1991 uno de cada diez embarazos acababa en aborto provocado, en 2012 ya son uno de cada cinco embarazos.
Si con la ley del 85 el 95% de los abortos se hacían acogiéndose al supuesto de peligro para la salud psíquica, auténtico coladero, con la ley Aído el 91% de los abortos se han hecho sin alegar motivo alguno.
Hasta aquí los datos.
A continuación algunas preguntas: ¿algún socialista va a reconocer que su ley, que vendían como la que iba a bajar sustancialmente los abortos, ha sido un fracaso? ¿Y qué me dicen de la píldora del día después, que iba a dejar los abortos en casi cero? ¿De verdad era tan buena la ley del 85, con su incremento año tras año y su coladero generalizado, que por cierto, en el proyecto de Gallardón no se elimina?, y por último y para no cansarles más, ¿hay alguien que se tome en serio, de verdad y sin cálculos políticos, esta atrocidad que convierte a nuestro país en un cementerio de inocentes y corrompe a nuestra sociedad?