El post se dirige a Mónica Oltra y denuncia la «falta de un educador en el centro» tras recoger a su hijo «cubierto de heces».
La madre de un niño autista ha decidido denunciar la situación que vive el pequeño en un colegio público de Valencia. A través de un post de Facebook que está dirigido a Mónica Oltra, cuenta la situación que se encontró la pasada semana cuando acudió la escuela: «Estaba en el patio, descalzo y manchado. La ropa, las manos, la boca. Heces, mierda, caca. Le pongo las zapatillas y lo llevo al aula CYL, vacía en este momento, son las dos de la tarde y estamos en horario de comedor. La semana pasada fue con orina. Llegué y estaba meado».
La madre denuncia que en el colegio al que acude su hijo no hay educador en el aula (CYL) y explica que prefiere preservar el nombre del mismo por confidencialidad.
«Desde que empezó el curso, apenas lo ha habido en dos semanas», explica la madre. «Me da igual si la culpa es de Yoko Ono. Sólo se que mi hijo está esperando a que yo llegue desde hace más de media hora (quién sabe cuánto más) cubierto de heces, en el patio, descalzo, rodeado de otros niños. Niños con autismo y niños neurotípicos. No quiero imaginar la reacción de estos al ver a otro cubierto de caca», sentencia.
«Falta mirar al otro, pero si el otro tiene autismo y en este caso no es consciente de ciertas cosas y normas sociales, además de no tener lenguaje, nosotros nos hacemos los locos, y que espere, que espere lleno de caca. Hasta los ojos», concluye.
Ante la gran cantidad de apoyos recibidos, la madre del pequeño Leo se lanza a contar una anécdota que describe las dificultades por las que pasan este tipo de familias:
Hace unas semanas me comunicaron la dificultad de que Leo pudiera asistir al teatro por falta de personal, y ni corta ni perezosa allí que me voy, al teatro, con otras mamás, para apoyar a la causa. Esperando su llegada en la puerta del teatro, veo llegar los autobuses. A Leo le encanta ir en autobús. Comienzan a bajar niños y a hacer su fila correspondiente para llegar hasta el teatro. Filas largas de niños neurotípicos. Y cuando están todos, se marchan. Allí quedaron los niños del aula CYL, rezagados, aparte, ninguneados. Sí, ninguneados por sus maestros y compañeros. Se supone que mi hijo esta en un aula ordinaria de referencia (¿no va de esto lo de las aulas cyl?) Pues sus compañeros se marcharon sin él, y sin los demás, claro. Y nadie lo tuvo en cuenta, porque no lo conocen, y seguro que si lo conocen es por el niño raro que se caga encima, aún siendo tan guapo y tan mayor. Qué más da. Y a mí me hiere como si me clavaran una espada en el estómago, como si me aplastaran el corazón. Yo NO quiero que mi hijo sea como los demás. Leo es Leo y le quiero tal y como es, distinto, inocente, travieso, vulnerable y autista. Este detalle de la excursión que puede parecer tan nimio y para él que seguro que hay mil excusas que pueden ser comprensibles, es la verdad de lo que aquí se da por llamar inclusión.