«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

O anulan el resultado de las urnas o dejo de comer

Las huelgas de hambre son la prueba de que en España todavía no se muere nadie de inanición, frente a lo que puede leerse en abundantes comentarios alarmantes en las redes sociales (créanme: he mantenido largos debates inconclusos con jóvenes escandalizados por mi negativa a creer que la gente se está muriendo literalmente de hambre). La razón es clara: nadie hace huelga de hambre en Somalia. Si morirse de hambre fuera una eventualidad real en España, el que uno lo hiciera de forma voluntaria sería irrelevante, incluso podría considerarse de mal gusto.

Viene esto a cuento del caso de Jorge Arzuaga, un joven bilbaíno que ha decidido iniciar una huelga de hambre en la madrileña Puerta del Sol hasta que el Gobierno dimita y se convoquen elecciones anticipadas.

No sé si Jorge se habrá planteado lo que significaría que el Ejecutivo le hiciera caso: significaría que la voluntad de un solo individuo puede imponerse al resultado de las urnas. Esto tiene un nombre –dictadura– que, supongo, no será muy del agrado de Jorge. ¿Hasta qué punto puede llegar el narcisismo?

Pero en un país de 47 millones de personas tiene que haber gente para todo, incluido exhibicionistas políticos. Nada excepcional en que haya casos excepcionales. Lo verdaderamente curioso es que no todos los medios denuncien la arrogancia de este chico que quiere derribar un Gobierno salido de las urnas con el mismo procedimiento que usaba mi hija cuando quería torcer mi voluntad: pues no como. Pero debo añadir en su descargo que ella lo hacía con 3 años, y Jorge tiene 25.

Pues no. Público, que nunca ha mostrado excesivo entusiasmo por esto del voto cuando no sale lo que les gusta, nos informa de que “Cuatro personas se unen a la huelga de hambre de un joven indignado” y lo hace como si estuviera cubriendo la Marcha sobre Washington de Martin Luther King

Y es que lo que sería un intolerable chantaje a la democracia si lo hiciera, no sé, un provida, es altruismo digno de aplauso si eres “hombre de progreso”. Ahí está el bochornoso titular de primera de El País, un ejemplo de manipulación y parcialidad de libro: “Obama evita el colapso de EE UU gracias a un acuerdo de mínimos”.

No hay una palabra en ese titular que sea cierta. Si el presidente americano favorito de Prisa y el Congreso han llegado a un acuerdo para desbloquear la financiación del llamado Obamacare –al que se opone una mayoría de norteamericanos, viva la democracia–, serán ambos los que han evitado lo que sea, no el mesías progresista. 

Hay muchas razones para argumentar que, lejos de salvar del colapso, ha sido el propio Obama el que está trabajando para acercarlo con un endeudamiento que multiplica el de presidentes anteriores.

En segundo lugar, el shutdown cerró las operaciones gubernamentales “a excepción de las esenciales”, que resultaron ser el 83 por ciento del total. Estados Unidos puede estar cerca del colapso pero, ciertamente, el cierre de los parques nacionales no es lo que va a precipitarlo. 

Personalmente creo que Congreso y Presidencia se han apresurado a cerrar un acuerdo porque los americanos se estaban dando cuenta de que no les necesitan.

Por último, eso de “acuerdo de mínimos” deja fuera del titular una información esencial en este asunto, a saber: el presidente se ha salido con la suya. 

TEMAS |
.
Fondo newsletter