«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La penúltima mentira del PP

El Parlamento Europeo acaba de aprobar con los votos favorables del PP el denominado “informe Lunacek”. Se trata de un texto con ambiciones normativas cuyo único objetivo es consagrar la hegemonía del discurso homosexualista en las instituciones de todos los países europeos y, aún más allá, en la vida cotidiana de sus sociedades. Es el mismo informe que en estos últimos días ha motivado protestas populares en toda Europa, con multitudinarias manifestaciones en Francia. Entre otras cosas, el texto abre expresamente la puerta a que se pueda condenar a quien emita opiniones disconformes hacia el llamado “matrimonio homosexual” o a favor de la familia natural. Puede leerse el informe completo aquí:http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+REPORT+A7-2014-0009+0+DOC+XML+V0//ES&language=es#title1

El Partido Popular en la Eurocámara, en efecto, ha votado de manera abrumadora a favor de ese ariete del lobby gay. Sólo cuatro diputados del grupo español se han pronunciado en contra: Alejo Vidal-Quadras –que ya no está en el PP-, Jaime Mayor Oreja, José Ignacio Salafranca y Cristina Gutiérrez. Hubo dos abstenciones tipo Pilatos: la de Luis de Grandes, democristiano profesional, y la de Carmen Fraga. Y el resto del grupo popular español, ocho eurodiputados, se ha manifestado a favor del lobby gay: Agustín Díaz de Mera (el que era jefe de la Policía el 11-M), Rosa Estaràs (ex mano derecha de Jaume Matas), Santiago Fisas (consejero madrileño de Cultura con Esperanza Aguirre), Salvador Garriga (profesional de la cosa política desde los 20 años), Esther Herranz (riojana, doce años en la eurocámara), Teresa Jimenez-Becerril (la hermana del concejal asesinado por ETA), Verónica Lope y Eva Ortiz Vilella.

Como era de esperar, las cabeceras de la mayoría mediática apenas han informado sobre este asunto. No vaya a ser que alguien repare en que el PP está apoyando en Europa posiciones exactamente contrarias a las que sus votantes mantienen. El PP se ha convertido en el partido de la cobardía, el miedo y la hipocresía: cobardía para defender posiciones incómodas, miedo a la presión mediática del lobby gay, hipocresía por querer aparentar lo que no es.

Por supuesto, el PP tiene todo el derecho del mundo a pensar que la homosexualidad es un bien en sí, que la familia tradicional debe ser extirpada y que quien diga lo contrario ha de ir a la cárcel. A lo que no tiene ningún derecho es a engañar a sus votantes y hacerles creer que mantiene posiciones que después, a la hora de la verdad, traiciona.

Y todavía hay en Génova quien se sorprende de que la gente se marche a otro lado.

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