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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Soraya llama a Rajoy en plena grabación de ‘Planeta Calleja’

Soraya Sáenz de Santamaría se ha empeñado en ser la cara más visible del Partido Popular a escasos 20 días de las elecciones. Después de su visita a ‘El Hormiguero’, programa en el que incluso se atrevió a bailar, la vicepresidenta del Gobierno aceptó la llamada de Jesús Calleja para participar en su programa siguiendo la estela de Pedro Sánchez y de Albert Rivera.

Conducción arriesgada, viaje en globo,- con accidente incluido-, y una de las etapas más complicadas del Camino de Santiago. Esos han sido los retos de la número dos del PP a las próximas elecciones. Sin embargo, lejos de mostrarse insegura, Soraya Sáenz de Santamaría optó por ponerse al frente de la aventura como una auténtica jabata, aunque eso no le impidió tampoco toparse con las preguntas más complicadas de un presentador aventurero. 

Calleja aprovechó una cuesta con gran pendiente para abordar uno de los temas más difíciles: la corrupción. Soraya se esforzó, no sólo por respirar, y quiso situarse del lado de los ciudadanos, con la indignación como bandera. “Tengo una teoría y es que aquellos que no tienen vergüenza tampoco tienen ideología”, señaló sin referirse, de forma directa, a Rodrigo Rato o a Luis Bárcenas.

La vicepresidenta tampoco pudo esquivar las preguntas sobre el resto de los candidatos a la Presidencia del Gobierno. Para Sáenz de Santamaría, a Sánchez le falta “ironía” mientras que de subraya que la formación es una “incógnita absoluta”.

El gran momento de la noche fue, sin duda, la llamada a Mariano Rajoy. El presidente tuvo que esquivar de forma directa la invitación a Planeta Calleja. “Ya sabéis que mi vida es muy complicada”, señalaba mientras veía con su hijo Mariano un partido de fútbol a la vez que leía un libro. “Pórtate bien”, le pedía expresamente al aventurero.

No hizo falta. Soraya aguantó con una naturalidad más que medida los desafíos no sólo físicos sino también mentales del programa. Pero, a pesar de sus intentos, no consiguió desprenderse de su imagen de mujer dura aunque sí se empeñó en señalar que cuando llega a su casa “no hay vicepresidenta que valga”.

“Las cosas serán lo que nos esforcemos que sean”, zanjaba así el programa Sáenz de Santamaría después de asegurar que no quería ser presidenta del Gobierno. Sin embargo, sí ocupará su posición en el próximo debate del 7 de diciembre, en el que ocupará el atril de Mariano Rajoy en el encuentro con el resto de los candidatos.

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