Nuevas píldoras de sentido común del juez de menores Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias ejemplares y empeñado en recordar a educadores y padres algo tan sencillo como que a los niños hay que decirles ‘no’.
Lo ha hecho este fin de semana con motivo de la inauguración de las jornadas de Bienestar del British Council School de Madrid, una cita que ha aprovechado para subrayar la necesidad de “poner límites a los niños y recordarles que, además de derechos, tienen obligaciones”.
El juez, que lamenta que muchos padres hayan pasado de ser “esclavos” de sus padres a convertirse en “esclavos de sus hijos”, que se han constituido en “pequeños tiranos”, ha señalado que está harto de ver a familias “sometidas por sus hijos porque no supieron decir nunca que no”. “Hemos confundido autoridad con autoritarismo y hemos pasado de un extremo a otro”, ha incidido.
Derechos y obligaciones
“Hablamos con frecuencia de los derechos de los niños pero nos olvidamos que los niños también tienen obligaciones y deben obedecer a sus padres y respetarles siempre. Deben contribuir equitativamente al hogar mientras convivan con ellos”, recuerda el juez de menores que se ampara en la Constitución, donde vienen señalados ese deberes de los menores de edad.
Pero Calatayud alerta, además, de los peligros que la actual sociedad puede suponer para los niños y para sus familias: “No nos damos cuenta del poder de las nuevas tecnologías. Un niño no debería tener un móvil antes de los 14 años por mucho que sea un regalo de Navidad o de Comunión porque no posee la suficiente madurez y porque con un solo click puede cometer un delito. Me encuentro a diario con casos de familias arruinadas porque sus hijos cometen o son víctimas de acoso sexual o escolar. ¿Cómo se valora el daño de alguien que ha tenido que cambiar tres veces de instituto porque esa foto ha sido vista por 15.000 personas en un día?”, señala el juez que apela a la responsabilidad familiar para “no suplir otras carencias” a base de conceder a los niños todo lo que pidan.
Prohibir, costumbre saludable
“Somos tan políticamente correctos que ahora parece que no se puede prohibir nada y hay cosas que no se pueden permitir porque derivan en problemas muy serios. El botellón se debe prohibir porque el alcohol es una droga, y ese niño luego puede coger una moto y matar a alguien”.
La responsabilidad del menor
Convencido de la necesidad de llegar a un “pacto del menor” para legislar “edades intermedias”, Calatayud reclama además protección para la familia, base de la estructura educativa: “Hemos dado autoridad a las familias y a los profesores pero les hemos quitado la protección y estamos ante generaciones que se convierten en maltratadores que se creen con el derecho de poder hacerlo”.
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