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El Papa Francisco asegura que la indiferencia 'avivó el Holocausto'

El Papa Francisco en San Pedro del Vaticano

El Papa se ha mostrado convencido de que, además del odio, debe combatirse con esmero y energía el deletéreo sentimiento de la indiferencia, que impide al hombre sublevarse contra el mal


En una conferencia versada sobre la responsabilidad de los Estados, las instituciones y las personas en la lucha contra las emociones y acciones de carácter antisemita, Su Santidad Francisco ha reflexionado acerca de los comportamientos que hicieron posible la atrocidad del Holocausto y sobre la actitud que adoptan las sociedades ante el mal.
En relación con esto, el Papa se ha mostrado convencido de que, además del odio, debe combatirse con esmero y energía el deletéreo sentimiento de la indiferencia, que impide al hombre sublevarse contra el mal: ‘El enemigo contra el que luchamos no es sólo el odio en todas sus formas, sino, más fundamentalmente, la indiferencia; pues es la indiferencia la que nos paraliza y nos impide hacer lo que es correcto aunque sepamos que es lo correcto’.
En esta línea, ha advertido del carácter contagioso de la indiferencia, en especial en una época globalizada – y también deshumanizada – como la hodierna: ‘No me canso de repetir que la indiferencia es un virus peligrosamente contagioso en nuestro tiempo; un tiempo en el que estamos más conectados con otros que nunca, pero también menos preocupados por el prójimo que nunca (…) El contexto global debería ayudarnos a entender que ninguno de nosotros es una isla’, ha asegurado el Pontífice, enlazando sus palabras con la tradicional reflexión de la Iglesia sobre el hombre como ser social por naturaleza.
Un gran peligro moral para todos nosotros, ha proseguido su Santidad, es la tentación de no preocuparse por lo que le ocurre a la gente en otros lugares del mundo.
Asimismo, el Santo Padre ha enfatizado la relevancia de la responsabilidad personal, que, de acuerdo con él, no es sino la capacidad para responder por nuestras propias acciones: ‘No es solamente cuestión de analizar las causas de la violencia y de denunciar su perverso fundamento, sino también de estar activamente preparados para responder al mal con el bien’.

La memoria como antídoto contra la indiferencia

Durante su emotiva alocución, el Papa Francisco ha señalado la memoria como uno de los medios más efectivos para luchar contra ‘el virus de la indiferencia’. Así, ha apelado a ese pasaje del libro del Deuteronomio en el que Moisés conmina al pueblo elegido a ‘recordar todo su viaje’.
En este sentido, el Sumo Pontífice ha recordado a San Juan Pablo II, que reflexionó prolijamente sobre la importancia de la memoria para la construcción de un futuro más luminoso que el pasado: ‘Fue San Juan Pablo II quien expresó su ferviente esperanza en que la memoria desempeñase un papel fundamental en el diseño de un futuro en el que la inefable maldad de la Shoá no fuese posible nunca más’.
Siguiendo la línea argumental marcada, su Santidad se considera que ‘para construir la historia, se necesita una memoria común que no se base en el resentimiento o el odio’. ‘Para construir un futuro verdaderamente humano, no basta con rechazar el mal; necesitamos construir el bien común juntos’, ha concluido, atinado, el Pontífice.

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