Valentina Petrillo, un hombre biológico y ahora velocista paralímpico a los 51 años, compite en la categoría femenino de los Juegos Paralímpicos que se están celebrando estos días en París.
Este atleta asegura que participar en esta competición «era un sueño que tenía desde que era niña». Sin embargo, Petrillo nunca fue una niña. Este italiano, padre de dos hijos, compitió como hombre hasta los 45 años e incluso ganó títulos nacionales en atletismo masculino. Sin embargo, el pasado lunes, en el Stade de France, gracias a la inacción de las instituciones, Petrillo participó en la clasificación de los 400 metros para personas con discapacidad visual, ahora en la categoría femenina.
La situación de Petrillo ha generado controversia en muchos ámbitos, tanto dentro como fuera del deporte. El año pasado, en los Campeonatos del Mundo de Para-atletismo en París, Petrillo ganó una medalla de bronce en los 200 metros T12, dejando a la marroquí Fatima Ezzahra El-Idrissi fuera del podio, a pesar de ser 18 años mayor que sus competidoras. Las ventajas fisiológicas que desarrolló como hombre son evidentes y difíciles de ignorar.
A lo largo de su carrera como hombre, Petrillo no destacó especialmente en los deportes paralímpicos masculinos, con marcas personales de 25,69 segundos en los 200 metros y 58,01 en los 400. Estos tiempos no habrían sido siquiera suficientes para clasificarse en la categoría masculina de los Juegos Paralímpicos, cuyo estándar es de 54,00 segundos. Corriendo como hombre, Petrillo ganó 11 títulos italianos de atletismo paralímpico. Como mujer, ha ganado 27, sin mencionar ocho títulos Masters, seis récords paralímpicos italianos, un lugar en una final europea y dos medallas mundiales. Y todo esto pese a su edad.
El caso de Petrillo también ha sido objeto de debate en Italia. Cristina Sanulli y Denise Neumann, quienes compitieron junto a él en 2020, expresaron que no sintieron que estuvieran compitiendo «en igualdad de condiciones». Y en 2021, la abogada Fausta Quilleri envió una petición al presidente de la Federación Italiana de Atletismo y al ministro de Igualdad de Oportunidades, en la que cuestionaba el derecho de Petrillo a competir en carreras femeninas. Más de 30 atletas máster firmaron la petición, afirmando que la superioridad física de Petrillo hacía que la competencia fuera injusta.
Otro punto que ha causado polémica es la exigencia de Petrillo de acceder a los vestuarios femeninos. En respuesta a las quejas del grupo RadFem Italia, durante una competición en Ancona, se le asignó un vestuario separado. Posteriormente, Petrillo criticó a sus detractores en una publicación en Facebook, comparándolos con Hitler.
Lo que ha causado mayor indignación es que la participación de Petrillo en los Juegos Paralímpicos podría haberse evitado. En marzo, la World Athletics adoptó una política que restringe la competición femenina a las atletas nacidas mujeres, basándose en estudios científicos. Sin embargo, World Para Athletics (WPA) ha implementado una política más flexible. Para competir en la categoría femenina, los atletas transgénero deben demostrar que sus niveles de testosterona han sido inferiores a diez nanomoles por litro durante al menos 12 meses, mientras que el límite superior en mujeres es de 2,4.
La WPA ha dicho que sólo considerará cambios futuros tras tener en cuenta «los derechos y los mejores intereses de todos los involucrados». Sin embargo, parece que esta política se centra principalmente en los intereses de Petrillo, sin respetar al resto de atletas.
Eliminó a la atleta española Melani Bergés
La atleta española Melani Bergés (33 años) perdió la oportunidad de poder clasificarse para los Juegos Paralímpicos por la participación de Petrillo.
Bergés quedó fuera de los 200 metros por ocho centésimas ya que en cuarta posición, última que daba la llave para la última fase, quedó el atleta italiano.
