BBVA Research calcula que la economía española se contraerá un 4,1 % este año como consecuencia de la epidemia de coronavirus en un escenario optimista sin tener en cuenta las medidas adoptadas, una caída que se suaviza al 0,6 % si se incluye en el modelo el efecto de esas iniciativas.
En un informe elaborado junto a Fedea y la Fundación Rafael del Pino publicado este viernes, BBVA Research dibuja un escenario -sujeto a una «incertidumbre excesiva» para hacer previsiones- «optimista», en el que el pico de hospitalizaciones por la epidemia se produce en la segunda semana de abril y las consecuencias negativas de la crisis se solventan a lo largo del segundo trimestre.
En este escenario, durante el confinamiento -que terminaría el 11 de abril como está previsto-, la demanda eléctrica cae un 13,9 %; el consumo, un 18,8 %; la compra de vivienda, a la mitad, y las exportaciones, en línea con una contracción del PIB en los países de destino inferior a la de España.
Esto supondría una reducción del PIB en el primer trimestre de 4,7 puntos y de 13,5 puntos en el segundo, mientras que la contracción en los dos últimos trimestres sería casi del 2 %.
Así, en este escenario optimista sin medidas, la economía española se contraería un 4,1 % este año, cuando antes de la epidemia de coronavirus se esperaba un crecimiento del 1,6 %.
El estudio analiza también otros escenarios, por ejemplo si se produjera una pérdida adicional de confianza, en cuyo caso la contracción del PIB se elevaría al 7,9 % en 2020.
De la misma manera, la ampliación del estado de alarma una semana más restaría 0,5 puntos al PIB y un cierre más intenso de la economía minoraría el PIB en 3,8 puntos.
El estudio también analiza el potencial efecto de las medidas adoptadas por el Gobierno español y las instituciones europeas para paliar los efectos económicos de la pandemia.
Así, si como consecuencia de estas medidas el déficit público se incrementara en un 3,5 % del PIB respecto a las anteriores previsiones, se reduciría a la mitad la caída del consumo privado y se detendría la caída de la inversión, lo que permitiría una recuperación rápida.
En este escenario, la contracción de la economía sería del 0,6 % en lugar del 4,1 % en el escenario optimista, mientras que, en el escenario más pesimista, la caída del PIB pasaría del 7,9 % al 4,4 %.